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Utopía

 

CNTE: Demandas, acuerdos y desacuerdos

 

Eduardo Ibarra Aguirre

 

“Cabecita de algodón, me partiste el corazón”, fue una de las consignas de la marcha y paro nacionales organizados por la CNTE en la capital del país, con motivo del Día del Maestro y para entregarle su pliego de peticiones al presidente Andrés Manuel.

El carácter nacional de la marcha como siempre es un decir, porque participaron miles de maestros de sólo ocho estados. Pero hubo manifestaciones, en las ciudades de Guadalajara, Morelia, Oaxaca, Tuxtla Gutiérrez y Zacatecas para exigir, como desde hace décadas, 100% de aumento al salario, la “abrogación total de la reforma educativa neoliberal” –eliminando el régimen de excepción laboral con la llamada ley Usicamm– y por el cumplimiento de demandas educativas, laborales, económicas y de justicia social que no fueron detalladas.

La consigna que encierra la decepción de dirigentes y miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, fundada en diciembre de 1979, contrasta sobremanera con el juicio que contiene el manifiesto político dado a conocer en la Plaza de la Constitución, pues afirman que “todos los candidatos, sin distingo de partido, han dado continuidad a la política educativa neoliberal, sin dar signos de apoyar una formación anticapitalista que responda a los intereses de la nación”.

Por supuesto que López Obrador no busca “apoyar una formación anticapitalista” como sueñan estos dirigentes de la Coordinadora Nacional; ninguno de sus discursos, libros o programas sugieren ni remotamente tal escenario. Cuando mucho busca limar las aristas más filosas del capitalismo salvaje, también llamado neoliberalismo, o en términos de su verbo cotidiano, construir un estado de bienestar, por supuesto que capitalista. Supongo que AMLO no observa espacios para las grandes soluciones radicales (de raíz) desde la Comuna de París hasta Sudáfrica.

Y en esa misma dirección, Héctor Torres Solano, secretario general de la CNTE en Guerrero, juró que en el “ocaso del sexenio queda claro que quien gane o pierda la silla presidencial no lo decide el pueblo, sino los representantes de los intereses de la oligarquía, por lo que no importa el resultado de la elección presidencial, no renunciamos a los objetivos que nos dieron origen como CNTE: democratizar al país, a nuestro sindicato y a la educación”. Y, por ello, “rechazamos la farsa electoral” del 2 de junio. “Farsa” que no les impidió contar con 50 escaños en la Cámara de Diputados en 2018.

Lo cierto es que la principal demanda de la CNTE es salarial, por un aumento del 100%, lo cual nadie que valore el papel del maestro en la sociedad, “el alma y corazón de la educación” (Leticia Ramírez Amaya dixit) debiera regatear el mejor sueldo y prestaciones posibles a los que en buena medida nos forjaron como ciudadanos pensantes y actuantes, pero los dineros públicos no caen del cielo. Y, al parecer, no se pudo más del 10% de incremento.

La evolución salarial de los profesores es de la siguiente manera, según datos de López Obrador: al final del sexenio de Felipe Calderón un maestro percibía 9 580 pesos; con Enrique Peña Nieto 11 592, al concluir esta administración ganarán 17  635 pesos. En el caso de los trabajadores administrativos, pasaron de 6 758 en 2012 a 16 778 ahora y un maestro bilingüe de educación indígenas pasó de 5 994 a 17 278. Dudo que exista otro sexenio con esta recuperación salarial, mas no por ello deja de ser insuficiente. Por lo demás es obligación de la CNTE defender y mejorar las condiciones de trabajo y de vida de sus agremiados desde la independencia de todos los poderes institucionales y fácticos.

Acuse de recibo

Marko Cortés vuelve a exhibirse contra su voluntad, acaso por torpe, al asegurar a un ícono de la corrupción periodística: “Si las clases medias salen a votar masivamente, se acabaron los programas sociales”… Es pertinente que Claudia Sheinbaum y Clara Brugada llamen a votar por los candidatos del Verde. ¿Y por los del Partido de Trabajo cuándo? ¿Existen aliados de primera y de segunda? Son preguntas, conste… De Teresa Gil: “Lo que no dice Jorge Álvarez Máynez sobre él, es qué ha hecho por el país y dónde ha estado en estos años saltando de partido en partido, cuando ya disfrutaba del dinero público como ahora lo hace, aunque diga lo contrario. Sin que se conozca cuál es su mérito, acaba de agredir de la manera más baja a Morena, y a otros estratos progresistas que le dan lecciones”… Falleció el maestro y pedagogo Olac Fuentes Molinar. Me lo encontraba en La Jornada y aún recuerdo algunas de sus frases: “¿Desde cuál partido no nos vemos, Ibarra?”, cuando en un breve lapso desapareció el Partido Comunista Mexicano, después el Socialista Unificado de México y surgió el Mexicano Socialista. Otra: “Arnoldo (Martínez Verdugo) habla mucho en la campaña (presidencial de 1982), pero no dice pendejadas como los demás candidatos”, el principal era Miguel de la Madrid… Sobre su trayectoria, https://www.jornada.com.mx/2024/05/14/politica/011n1pol

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