Utopía
Plausible
petición a la Cofepris
Eduardo Ibarra Aguirre
El Poder del Consumidor, la acreditada
asociación civil sin fines de lucro –porque
abundan las que sí lo buscan–,
presentó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos
Sanitarios una solicitud para que esa autoridad sanitaria declare a los
líquidos industrializados “productos de riesgo para la salud” de los mexicanos.
La petición cuenta con el respaldo de una decena de expertos en nutrición.
A juicio de Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, las
bebidas ultraprocesadas y azucaradas causan más
muertes que los mal denominados cárteles del narcotráfico ya que estima que
matan a más mexicanos que los primeros, lo que sustentó con el hecho de están
relacionadas con el fallecimiento de 40 842 personas al año. Y que 23 433 son a
causa de la diabetes, esto es, 35.6%. Durante un sexenio mueren más de 240 000
connacionales por esa razón.
Entre los especialistas que respaldan el recurso ante la Cofepris destaca Simón Barquera, director del Centro de
Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública y
presidente electo de la Federación Mundial de Obesidad, quien sostiene que al
año se consumen alrededor de 160 litros de refrescos per cápita. Y alerta que
si esta tendencia consumista continúa no habría servicios de salud que puedan
con la demanda de atención.
Por su parte, Abelardo Curiel Ávila, investigador del Instituto Nacional
de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán,
precisa que durante más de tres décadas, México padece una grave epidemia de
obesidad, y “los daños colaterales, sobre todo el síndrome metabólico y
diabetes mellitus, han ocasionado más de un millón de muertes a lo largo de
este siglo”. Curiel Ávila no tiene la menor duda que esta situación está
asociada al “altísimo consumo de bebidas edulcorantes que tenemos en México,
sobre todo por la niñez; la evidencia científica es contundente”.
En tanto que la directora de Intervención nutricional de Coa Nutrición, Julieta
Ponce, alerta que estos líquidos industrializados “provocan daños metabólicos y
neurológicos, y lamentablemente, en México el 73% de los niños empiezan en el
primer año de vida con este consumo, pero 100% había probado una bebida
azucarada a los dos años”. Y viene a mi memoria aquella imagen frecuente de
fines del siglo pasado cuando las mazahuas, llamadas entonces marías,
instaladas en las banquetas de los establecimientos mercantiles del Distrito
Federal, llenaban el biberón de sus pequeños con Coca Cola en lugar de leche
que entonces era más barata que las aguas negras del imperio. O los indígenas
de la Montaña de Guerrero que solicitaban a los comerciantes “Caca Cola y Bimba”.
Con todo respeto a los consumidores y/o adictos, no se equivocaban en la
denominación.
La petición que El Poder del Consumidor presentó a la Cofepris para
que declare a las bebidas ultraprocesadas y
azucaradas como “productos de riesgo para la salud” de los mexicanos, no sólo
es plausible sino de urgente resolución por tratarse de un grave problema de
salud pública.
En agudo contraste, el obispo de Apatzingán, Michoacán, está muchísimo
más preocupado porque con el triunfo electoral de Claudia Sheinbaum
Pardo se avecina una inminente “llegada del comunismo a nuestro México
querido”, jura Cristóbal Ascencio García y exhorta a que “digamos no a la
dictadura”. De la salud pública de su feligresía que se ocupe el gobierno
que crítica hasta la histeria con falsedades que al divulgarlas en sus homilías
incurre en pecado social y ético, además de que violenta la Constitución.
Acuse de recibo
Del
activista político y escritor Arturo Martínez Nateras
al presidente Andrés Manuel López Obrador: “¡El tiempo pasa! Le restan 90 días
para que termine su mandato constitucional. Si se va sin resolver los
compromisos de campaña de verdad, justicia, memoria y reparación integral sobre
los desaparecidos de Ayotzinapa, la Guerra Sucia y el
68, su presidencia habrá sido estéril, injusta y sin honrar sus compromisos
expresos. (…) Me preocupa que se retire sin honrar su palabra de memoria,
verdad y justicia; de reparación integral y justa compensación para las 814
víctimas incluidas en la Recomendación 98VG/2023 de la CNDH o cerca de 10 000
según han declarado tres de los integrantes del Mecanismo de Esclarecimiento
Histórico que forma parte de la Comisión de la Verdad en su largo informe que
ellos mismos declaran ‘no vinculante’” (…) Opinión de la historiadora Elba
Pérez Villalba: “Una de las declaraciones más acertadas de Claudia Sheinbaum Pardo, durante su campaña presidencial, fue
reconocerse atea. Algo olvidado por los últimos presidentes de México, y que
ella reivindica como uno de los postulados de nuestro Estado laico, la
separación entre éste y la Iglesia, producto de la Guerra de Reforma, expresado
en sus leyes. Cabe señalar que en esta campaña electoral, la otra candidata
contó con el apoyo desde el púlpito de la iglesia católica, porque varios
curas llamaron abiertamente a votar por ella”.
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