Utopía
Militarización,
Guardia y Sedena
Eduardo Ibarra
Aguirre
La
adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa implica una
reforma constitucional que está contemplada en el paquete de las 20 iniciativas
de ley que envió el presidente Andrés Manuel al Congreso de la Unión el 5 de
febrero pasado, lo que se conoce como Plan C, mismo que recibió un espléndido
respaldo ciudadano en las urnas el 2 de junio al otorgarle a los legisladores
de la Cuarta Transformación la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, los
colocó a dos escaños de obtenerla en el Senado y la virtual presidenta electa,
Claudia Sehinbaum, con una votación sin precedente en
la historia de la nación.
Justo Sheinbaum
Pardo desde la semana pasada, durante la segunda gira que realiza con López
Obrador, formuló definiciones que, dice, no son nuevas pero sí desconocidas
sobre la presunta militarización de México, y que aportan al debate que no
acaba de comenzar o bien estuvo influido por la obsesión del neoconservadurismo
y de Movimiento Ciudadano de bloquear con una “huelga legislativa” cualquier
empeño reformador de la ley de leyes. Para no hablar del despropósito de
travestirse en críticos intransigentes de la militarización cuando aplaudieron
como focas –con todo respeto a estos bellos animales– o guardaron cómplice
silencio desde la dictadura mediática aceitada con pautas publicitarias, ante la
selectiva “guerra contra el narcotráfico” de Felipe Calderón, merced a los
pactos de Genaro García Luna con Joaquín Guzmán Loera.
Para la
científica que gobernará México –por lo visto al parlanchín de Jorge Álvarez Máynez
le urge que ya lo haga sin reparar en estipulaciones constitucionales–, la transferencia
de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional “no es
militarización”, pues esa dependencia “no dictará la política de seguridad, la
cual seguirá a cargo de la Presidencia de la República”.
Otro argumento digno de ponderar es que la Secretaría de Seguridad
Pública y Protección Ciudadana, que encabeza Rosa Icela
Rodríguez y quien será sustituida por el muy estigmatizado Omar García Harfuch, mantendrá la coordinación de la estrategia
nacional en esta materia y su gobierno buscará que la Fiscalía General de la
República se integre al gabinete de seguridad, tal y como lo hizo en la Ciudad
de México, mas será indispensable que no se omita la naturaleza autónoma del
órgano que encabeza Alejandro Gertz Manero.
Adelantó la
doctora Claudia que la política de seguridad de su gobierno consistirá en la atención
a las causas –igual que AMLO–, “tener más y mejor Guardia Nacional,
inteligencia e investigación y coordinación entre las instituciones”.
Para
explicar con claridad subrayó: “Nosotros construimos paz, no hacemos la guerra,
esa es la gran diferencia (Felipe) Calderón decidió hacer guerra con una
irresponsabilidad enorme. ¿Quién declara la guerra en su propio país? Guerra
quiere decir permiso para matar; son condiciones de excepción. Nosotros estamos
totalmente en contra del autoritarismo; construimos paz y seguridad a partir de
la justicia en el más amplio sentido de la palabra; justicia social y sistema
de justicia que nos permita disminuir la impunidad”. Interrogante y
permiso que colocan el tema en su justa dimensión.
También dejó en claro la pregunta de si
una mujer podría ocupar la titularidad de la Sedena y
la Secretaría de Marina y los impedimentos son muy simples, de escalafón y de
reglamento, las designaciones recaen en personas con grado de almirante y
general de división, los que todavía no tiene ninguna mujer.
Acuse
de recibo
Testimonio de Elba Pérez Villalba. “10 de junio de
1971, hace 53 años, tuvo que ver con la lucha estudiantil de la Universidad
Autónoma de Nuevo León contra la imposición de la Ley Orgánica, aprobada por el
Congreso del estado, en donde las organizaciones patronales adquirían
facultades para gobernarla. Además de que el rector propuesto era un coronel
del Ejército, Arnulfo Treviño Garza y comenzó la movilización de solidaridad.
Varias huelgas estudiantiles, en diferentes universidades fueron por impulsar la
reforma universitaria, modificar los contenidos de la enseñanza, la forma de
participación de los estudiantes, la organización estudiantil, la legislación,
en fin, estuvieron en el ámbito de la vida estudiantil, político-académica. Los
Comités de Lucha que se formaron en las instituciones de educación media y
superior en el 68, se transformaron ya con menos fuerza. Fue así como se
conformó el Comité Coordinador, en 1969. El Co Co
organizó la manifestación del 10 de junio, misma que no permitieron seguir el
curso que habíamos acordado; fue desviada por un lado de la Normal,
‘encajonada’, y así fue más fácil reprimirla. Recuerdo a algunos de los
camaradas de la JCM y PCM que marcharon en los contingentes, ya fallecidos en
años posteriores: Paulo Sheinvart Akzelrad,
Juan Andrés Mora Vargas, Sergio Carrera Bolaños, Miguel Ángel Mora Vargas, los
hermanos Sandoval Ramírez-Cuauhtémoc y Pablo. ¡Gloria a ellos!”
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