Utopía
La senadora
indispensable
Eduardo Ibarra Aguirre
La
ciudadanía de todos los colores y sabores ya puede dormir tranquila porque la
senadora con licencia Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz quien por su proceder se cree indispensable,
regresa a Reforma e Insurgentes. Ahora para trabajar en una iniciativa de ley
para reformar el Poder Judicial, influenciado hasta la desmesura por los
poderes fácticos, el crimen organizado y el de cuello blanco.
La semana anterior Gálvez Ruiz informó a sus
representados que retorna al Senado porque quiere presentar una iniciativa de
ley para que el presidente de México sea amonestado cuando intervenga en los procesos
electorales. El titular del Ejecutivo federal que más cínicamente lo hizo, en
tiempos de la llamada transición a la democracia, fue su jefe institucional
durante el “gobierno del cambio” (2000-2006), y hasta hace un par de meses su
principal promotor en redes sociales, pero con tan mal tino que por sus
arrebatos misóginos y antisemitas la dirigencia panista terminó por colocarle
un zíper en la boca. El pésimo uso de la sintaxis y la ortografía lo agradece.
La senadora que reapareció en el recinto legislativo el
miércoles 19, juró que trabajará en una propuesta de
reforma al Poder Judicial, de cara a los foros en la materia que empezarán la
próxima semana. Advirtió que es necesario reflexionar sobre la propuesta de
elegir por voto popular a magistrados, jueces y ministros, dado que el país se “encuentra
en manos” del crimen organizado. “Si quien va a poner a los jueces en Sinaloa,
en Sonora, es la delincuencia organizada, estamos en un grave problema”, juicios
que empatan puntualmente con los formulados un día antes por la muy desacreditada
Administración para el Control de Drogas, mejor conocida como DEA por sus
siglas en inglés, instrumento de la geopolítica imperialista de la Casa Blanca,
el Pentágono (complejo militar industrial) y el Departamento de Estado.
La senadora “independiente”, aunque tan cercana al PAN que forman una
suerte de amasiato, comunicó el día 4 a la mesa directiva su reincorporación a
los trabajos legislativos e insiste en la propuesta que presentó durante la
gris y sumamente errática campaña que realizó, que los próximos ministros de la
Suprema Corte salgan de “un proceso de participación ciudadana”, pero con
universidades y barras de abogados que propongan gente con un perfil técnico y
académico, y de ahí se elija, ya que si cualquiera pueda ser juez, magistrado o
ministro, pues “ya vimos lo que pasó con Lenia
Batres”. Es decir, que a la señora X le vale tres cacahuates la opinión
aplastantemente mayoritaria que arrojaron tres encuestas para que los ministros,
que hoy responden básicamente a intereses plutocráticos, sean electos por la
ciudadanía, al igual que los magistrados y jueces. Tal y como se hace en 40
estados de la Unión Americana y Bolivia, así como durante la mexicana república
restaurada.
Por lo visto Gálvez Ruiz es de lento aprendizaje y no tan democrática
como se presentó durante la campaña y por lo que, según ella, recibió un
regaños a gritos de Marko Cortés debido a que le
llamó por teléfono a Sheinbaum Pardo para felicitarla
por su apabullante triunfo de más de dos a uno: 35.9 millones de votos
frente a los 16.5 millones de X, pero sin consultar al
cuarteto de hombres que literalmente la mandaban, aunque juraba: “A mí no me
manda ningún hombre”. Cierto, era cuatro o más.
Tan sencillo que es informar que regresa al Senado por el jugoso sueldo
de 500 000 pesos mensuales y el millonario bono sexenal de retiro. El culto al
dinero como siempre, pero está en su derecho.
Acuse de recibo
El analista Jorge Germán Castañeda confiesa
por escrito lo que es más que obvio: “ya para finales de abril se casi
oficializó la verdadera verdad: Xóchitl nunca tuvo estratega, y la campaña
nunca tuvo estrategia” (El Universal, 19-VI-24). Omite lo mero principal, no
tuvo programa de gobierno sino un conjunto de ideas reactivas ante lo que
proponía Claudia Sheinbaum y sobre todo a lo que sostenía
AMLO… A principios del sexenio le dije al monero
Hernández, frente a mis colegas del Grupo María Cristina, que era el mejor
caricaturista de México. Su reacción silenciosa y la mirada sorprendida fue la
respuesta. Ahora que lo expresó López Obrador en la mañanera del 20, espero
recuerde mis palabras anticipatorias a las de su jefe y amigo… La historiadora
Elba Pérez Villalba recuerda que el 13 de mayo “falleció Olac
Fuentes Molinar, originario de Chihuahua, filósofo, doctorado en política
educativa, investigador experto en educación, docente en diferentes niveles
educativos y en varias instituciones; fue rector de la Universidad Pedagógica
Nacional, subsecretario de Educación Básica y Normal de la Secretaría de
Educación Pública, autor de artículos y libros. Unos días antes de morir
presentó su libro El desarrollo de la
educación superior y las políticas públicas. Militante e integrante de los comités
centrales de los partidos Comunista Mexicano y Socialista Unificado de México.
QEPD”.
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