Economía injusta es fallida

 

* El sector externo, ¿recuperado de la parálisis?

*¿Y los empleos son justamente remunerados?


Francisco Gómez Maza
/ Análisis a fondo
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Pues todo depende del cristal con que se mire, don Alejandro Díaz de León. Usted ve la realidad desde la más importante cabecera del sistema monetario y financiero nacional, desde el cuidado de los intereses del sistema financiero-bancario, y no está equivocado. Pero… Cuando el coronavirus SARS-Cov-2 invadió a México, la crisis económico-financiera ya había infectado el modelo económico de México:

 

Destrucción de empresas medianas y pequeñas, desempleo masivo, agudización y generalización de los niveles de la pobreza.

 

El crecimiento del producto no pasaba de un promedio del dos por ciento anual para una población, en la que la inmensa mayoría (yo digo que unos 70 millones de personas, y me quedo corto) no sólo no crecía, sino que su situación de pobreza se hacía, cada día más pesada, y más llena de incertidumbre y de miedo, porque no abrigaba ninguna esperanza; se depauperaba cada día al ritmo del enriquecimiento desmesurado de las minorías. Y con la pandemia, estas se enriquecieron exponencialmente.

 

Ya sabemos que algunos mercados no sufrieron graves daños por la pandemia, como los de productos agroalimentarios. Claro. De los ahorros muchos tenían que luchar por defender la vida, mientras no la tocara de muerte el coronavirus. Los mercados públicos, los grandes almacenes de productos alimenticios y alimentarios, las industrias lecheras, la ganadería de carne, entre otras continuaron apuntalando la vida de los llamados consumidores.

 

Pero es cierto. Al poco tiempo de haber aparecido el coronavirus y haber enterrado a muchos mexicanos víctimas de la covid-19, empezó a hacer ruido, murmuración, el sector externo. Como que el exterior, particularmente el mercado estadunidense, empezaba a rebelarse ante la tragedia y la escasez provocada, y exigía los tradicionales productos que recibe de la planta industrial y el campo mexicanos.

 

Se abrió la industria automotriz, primero con reservas, obviamente con el compromiso de las empresas de cuidar que los trabajadores no se contagiaran de covid-19. Y comenzó, en una nueva realidad, un nuevo ciclo de intercambio comercial con el principal socio de México: el mercado estadunidense. México volvió por sus fueros y recuperó el lugar principal entre los socios de Estados Unidos.

 

Y podría afirmarse que se inició la recuperación de la economía, como les aseguró el director del banco central, Alejandro Díaz de León, a los senadores en una reunión de ayer miércoles 14. Pero como decíamos en la entrega anterior, la marcha del retorno será pian pianito. Es importante la reactivación del sector externo. Pero…

 

Por el momento, lo único que vislumbramos en el horizonte y el futuro, aparte de la recuperación del sector externo, es incertidumbre, con la esperanza de que las vacunas paren la acción devastadora del virus y de que la recuperación económica que tendrá que darse cubra a los desposeídos.

 

Más que por el volumen de exportaciones e importaciones, la recuperación económica tendría que medirse por la recuperación de los niveles de bienestar de la población en general, comenzando por los trabajadores que ensamblan vehículos automotores. Los ricos no experimentaron ningún cambio negativo a causa de la covid-19. Las hordas, las legiones, las aglomeraciones de pobres se empobrecieron aún más y a ellas se agregaron millones de integrantes de las clases medias.

 

Esta breve reflexión viene al caso, aunque usted, amigo lector, ya conozca la historia de la tragedia física, sicológica, emocional, económica, en virtud de la comparecencia del director del banco central, Alejandro Díaz de León ante los miembros de la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado mexicano.

 

Díaz de León Carrillo da por hecha la recuperación económica. No lo vamos a contradecir. Pero repite verdades que no han sido desfiguradas ni por la crisis económica, ni por la crisis sanitaria. Hay en todos los frentes –centro, norte y sur-sureste– efectos devastadores de las crisis: La región norte y centro del país ha tenido un mejor desempeño, en relación con la zona sur, y el sector externo es el que “realmente ha contribuido” a la recuperación económica de México. Palabras del banquero central.

 

Pero la economía no es el sector externo. Son todos los sectores que hacen el aparato productivo.

 

Y aún más. Economía que no crea empleos justamente remunerados, que alcancen para vivir, crecer, trabajar, descansar, divertirse, ahorrar, aunque crezca al infinito, es una economía fallida. Esto, difícilmente lo entienden los gurúes del capitalismo fondomonetarista, cuyos economistas trabajan solamente para beneficio de los detentadores del dinero y de los grandes medios de producción, que son quienes pagan sus pingües sueldos y salarios.

 

 

Lo que el viento a Juárez

* México es ya, de nuevo, primer socio de EU
* Las empresas exportadoras no sólo resisten

Francisco Gómez Maza / Análisis a fondo
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Por lo visto nada está perdido en la gran economía. Los ricos mexicanos son como Jalisco. Nunca pierden. Y si pierden, arrebatan.

Aclaro que en esta nota se refiere uno a la economía grande, choncha, porque hay muchos niveles de economía.

No se habla de la economía de los trabajadores. Ésta, ya lo sabemos, nadie más que los trabajadores, empleados y desempleados, la viven, la sobreviven, la extrañan en el desempleo, y está permanentemente en crisis, en colapso, haya o no haya crisis económica, haya o no haya pandemia de nuevo coronavirus, haya o no hay incremento de salarios. Es una enorme fábrica de pobres. Y está en crisis histórica y permanente.

No. Esta nota refiere el comportamiento de la economía macro, ni siquiera la de las medianas, pequeñas y micro empresas, la de las grandes empresas globalizadas, exportadoras de bienes e importadoras de maquinaria y equipo y materias primas. Esas empresas competitivas, sobre todo en el mercado estadunidense, aún el primer mercado del mundo. Cierto. Crean empleos, pero injustamente remunerados particularmente para los obreros.

Pues en esto hay muy buenas noticias.

México recuperó su lugar como primer socio comercial de Estados Unidos, de acuerdo con cifras de la Oficina del Censo, institución equivalente al INEGI mexicano. (Y eso que, según los derechistas ultraconservadores, los “periodistas” pagados, los de Frenaaa, los de la moribunda partidocracia, México está siendo llevado al comunismo por López Obrador, socio inmundo de Nicolás Maduro, de Alberto Fernández, de Xi Jinping, entre otros perversos, desgraciados comunistas. ¿O no, Gagarin? ¿O no mi alcalde Peppone?

Cómo es eso, que, a los estadunidenses, defensores clásicos del libre mercado clásico, les encante comerciar con países comunistas. Jolín. Y que México, una economía que está cayéndose a pedazos, como dicen los enemigos de López Obrador, sea su principal socio). Como que no se entiende. Y menos, cuando los críticos, los prospectivos, los amos de la ideología están seguros de que López Obrador llegará a su fin el domingo 6 de junio. Cosa de preocupar. Nah. De dar risa, sí.

Tan sólo en los primeros dos meses de este año –enero-febrero–, los exportadores mexicanos, los grandes y sus contrapartes estadunidenses comerciaron mercancías de todo tipo por un total de 97,000.000,000 de dólares, una cantidad que parecería exorbitante si se tomara en cuenta que la crisis económica y el coronavirus intentaron acabar con todo. Ah. Y también el comunista presidente. No lo lograron, afortunadamente, como lo registra la Oficina del Censo de Estados Unidos. Los ricos ya no deben seguir llorando.

Cómo la ven. Comunista, ocurrente, pendejo, y lo que quieran mis amigos antiobradoristas (son los más geniales propagandistas del presidente, porque entre más lo atacan más gana adeptos el tabasqueño), pero la economía de México ya es la primera socia de los importadores y exportadores gringous. Arriba de Canadá y de la República Popular China, la herencia de Mao Zedong.

Hay algunos que opinan que esta situación ayudará a los mexicanos. Alegan que la reactivación de la economía de Estados Unidos ayudará a la recuperación de la economía mexicana. Yo creo que más bien lo que hará que la economía local se levante será la decisión y el impulso que le den los obreros mexicanos, esa mano de obra hasta ahora muy mal retribuida, pero con una nobleza realmente increíble.

Lo veremos en los próximos meses del año en curso. Creemos que la economía nacional va a salir del túnel, claro que empujada o jalada por la economía de su principal socio, Estados Unidos. Y también por las puyas de la política económica desplegada por los estrategas gubernamentales, como el joven secretario Arturo Herrera Gutiérrez.

Por lo pronto. México recuperó la corona. Algunos creyeron lo contrario, que era el principio del fin de la Cuarta Transformación.

Y si México es el socio principal del imperio estadunidense, esto significa que la economía de las grandes empresas mexicanas, las exportadoras, las globalizadas, no perdieron ni un pelo con la crisis económica ni con la pandemia de coronavirus.

 

 

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