Temporada tormentosa

Gerardo Fernández Casanova
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Dio inicio formal el proceso electoral 2020-21, aunque ya van varios meses en que su fantasma recorre al país buscando minar la fuerza política del presidente López Obrador; se busca evitar que en la renovación de la Cámara de Diputados conserve la mayoría de que hoy dispone, producto del arrollador triunfo de 2018, y que aumente el número de estados gobernados por Morena. La temporada se pronostica tormentosa y de riesgos para la sana continuidad del proyecto de la transformación. El presidente ha conducido la nave con sabiduría e integridad, acompañado por la fortuna, principalmente la del respaldo popular, no obstante la cantidad de obstáculos y trampas que le han sido colocados por quienes han sido desplazados por el nuevo régimen: políticos, negociantes y todo tipo de fauna nociva. Aún en las muy aciagas condiciones de la pandemia y la crisis económica agregada, se ha puesto de manifiesto que México es gobernado con rumbo y consistencia, registrando hasta ahora resultados menos malos que los esperados; lástima que la evitación no sea una categoría fácil de medir.

        Pero sin duda se registran debilidades que en la tormenta que se avecina pudieran afectar seriamente al proyecto transformador. El presidente, contando con el apoyo masivo, está muy solo en la tarea de gobernar, carece de operadores políticos que le ayuden a procesar conflictos; no basta con creer que son provocados por los opositores resentidos, muchos son propios de las contradicciones realmente existentes. En sus propias palabras: “problema que se soslaya, estalla” y hay varios que se han soslayado o se han procesado incorrectamente, precisamente por no contar con apoyos ejecutivos. Está el caso de Morena que debiese de ser la correa de transmisión entre el presidente y su muy amplia base popular; me parece desacertado que la haya dejado a su suerte y ayuna de su liderazgo; aquí y en China, se gobierna para todos pero el gobernante lidera a su partido para sustanciar y soportar el proyecto de gobierno. El riesgo es llegar a las elecciones del próximo año sin capacidad para ofrecer candidaturas suficientemente sólidas y sin demasiado desgaste en el proceso de nominación, además en un medio tan convulso como el que le preparan sus adversarios. Algo deberá corregirse.

          La eliminación de las delegaciones federales y su reemplazo por un súper delegado por entidad federativa, no logró ni sus objetivos de austeridad administrativa (cada dependencia federal tiene un funcionario que hace las veces de delegado con otra denominación y menor representación pública) ni tampoco los políticos puesto que los nuevos funcionarios generan una afectación directa al poder de los gobernadores constitucionales y quedaron reducidos a la operación de los programas sociales. En estas condiciones la capacidad de operación política de las dependencias del Ejecutivo, quedó mermada para el procesamiento de los conflictos que surgen en sus respectivas materias.

          Hoy se registra un grave enfrentamiento con agricultores de Chihuahua por la derivación de agua de las presas para el pago de la cuota correspondiente al Tratado de Aguas entre México y Estados Unidos. En la conferencia matutina el presidente achaca el conflicto a intereses “politiqueros” electorales y es verdad; pero hay desinformación en materia tan sensible para los agricultores. Notoriamente no hubo una oportuna y eficaz operación política y el problema estalló, para el caldo gordo de grillos y politiqueros.

          En la conferencia matutina del jueves 10 se anunció que habían sido resueltos los amparos y los asuntos técnicos que impedían la puesta en operación de la termoeléctrica de Huexca en Morelos, por lo que se procedería a su arranque. Sólo falta el pequeño detalle del rechazo popular que, por lo visto, nadie ha procesado. De ser así, se puede asegurar que habrá una bronca mayúscula de repercusión nacional que, además, conectará con las protestas contra el Tren Maya y el Corredor Transístmico. El estado de Morelos vive el peor de los mundos posibles: un gobernador ausente e ignorante y un súper delegado dedicado a lograr el registro de su partido “Encuentro Solitario”. Hubo el asesinato de Samir Flores, líder opositor al proyecto, y no se tiene noticia de acción judicial alguna; la gente se siente agraviada, en adición del rechazo al proyecto.

       De la violencia contra y por las mujeres mejor me guardo de opinar, todavía no acabo de comprenderlo.

 

 

El optimismo como convocatoria

Gerardo Fernández Casanova
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El pasado 1 de septiembre el presidente López Obrador entregó al Congreso el paquete documental que contiene el informe sobre la situación de la administración pública federal, tal como lo dispone la Constitución. Por la mañana, en una reunión restringida por la precaución sanitaria, celebrada en el Palacio Nacional y difundida ampliamente por la radio y la televisión públicas y privadas así como por las redes sociales, AMLO expuso los motivos, los problemas y los alcances de la actividad gubernamental; en realidad se trató de un compendio ordenado de su labor informativa de todas las mañanas.

          Obviamente el mensaje abordó el tema de la pandemia del covid-19 y su secuela de dolor y pena; expresó su personal acompañamiento de pesar por los fallecidos y su gratitud y reconocimiento a la heroica labor del personal médico que salva vidas poniendo en riesgo la propia. Igualmente reconoció la eficacia del equipo científico que ha conducido la acción sanitaria pública ante la pandemia. Destacó la capacidad de respuesta para la oportuna ampliación de la capacidad hospitalaria, del equipamiento y del personal requeridos, a partir de un sistema de salud devastado por el afán privatizador neoliberal y del déficit de más de 250,000 profesionales de la salud registrado. El resultado satisfactorio se resume al constatar que no hubo quien requiriera tal atención que hubiese carecido de ella; igualmente destacó el hecho de que, en la comparación por número de habitantes, México registra un número de decesos menor al de países con mayor índice de desarrollo de América y Europa, esto como respuesta a la cauda de sus detractores que sólo comparan los números absolutos o alarman con una mortandad descontrolada, con el avieso y frustrado objetivo de demeritar el esfuerzo gubernamental y de generar desconfianza en la población.  

          En los mismos términos fue descrita la magnitud y la gravedad de la crisis económica provocada por el obligado paro de las actividades productivas, destacando la pérdida de empleos, más de un millón en el sector formal, y su enorme efecto negativo en el bienestar de las familias. El presidente dio cuenta de la muy peculiar estrategia de mitigación y recuperación adoptada; diferente a las recomendaciones de los especialistas nacionales e internacionales, enfáticas en acudir al endeudamiento para el rescate de las empresas afectadas. López Obrador, con su proverbial empecinamiento, dispuso incrementar la dotación de recursos en numerario para los grupos más vulnerables con cargo a una mayor austeridad burocrática, bajo el criterio de que las grandes empresas cuentan con mayor acceso a recursos propios y de endeudamiento para afrontar la crisis. La apuesta es de doble propósito: por un lado confirmar la opción prioritaria por los pobres y, por el otro, el evitar un mayor desplome del mercado interno, con lo que se favorece a las empresas productoras. El cambio es de 180 grados, ahora el salvataje es de abajo hacia arriba, contrario a lo acostumbrado e insistentemente recomendado. No por ser novedoso va a ser necesariamente bueno, pero ante los fracasos de las vías tradicionales que sólo endeudaron al país y se enriqueció a los de por sí ricos, tiene sentido común la alternativa. Hay indicadores que alientan al optimismo por la recuperación de la economía; el Instituto Nacional de Estadística (órgano autónomo) informó de la reincorporación al trabajo de más de 7 millones de personas, mayormente al sector informal; el propio presidente ofrece la cifra actualizada del IMSS que reporta casi 90 mil nuevas inscripciones de trabajadores: las tiendas de autoservicio reportan aumento de ventas cercanos al 9%; las remesas de los migrantes registran incremento de casi 10%; la balanza comercial registra un superávit histórico de 5 mil millones de dólares; la producción, exportación y consumo de alimentos aumentó; el peso se recuperó de $25 por dólar alcanzado en julio a $21.50 en esta semana; desde luego, el famoso producto interno bruto, se redujo en 10% y no se contempla que mejore en el corto plazo. Bueno, pues parece que la economía real se mueve rápido en ascenso. Menos mal.

         Durante la crisis no se detuvieron las obras para la refinación de petróleo, del Tren Maya, del Aeropuerto Felipe Ángeles, del corredor transístmico y del tren México a Toluca. Cada lunes se da cuenta de los avances de obras para conocimiento de la sociedad. Así lo incluyó el mensaje presidencial.

          Sin desconocer la gravedad de las crisis, el presidente cumple rigurosamente su papel de líder y convoca al optimismo que también es sumamente contagioso y vence al catastrofismo de los nostálgicos.

 

 

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