Utopía

UNAM: La manzana de la discordia

Eduardo Ibarra Aguirre

Fue hasta la sexta ocasión en que el presidente Andrés Manuel compartió su opinión sobre la Universidad Nacional Autónoma de México, en particular aunque también acerca del cacicazgo de Raúl Padilla en la Universidad de Guadalajara durante más de tres décadas, cuando quedó claro que las observaciones están motivadas por el exrector José Narro, al que evidenció como el jefe del grupo político hegemónico en el gobierno universitario.

Desde el principio dejó establecido que la crítica por la “derechización de la UNAM” y la falta de un deslinde categórico por las autoridades y los académicos de ciencias sociales con “las políticas neoliberales”, impuestas en materia educativa por el Fondo Monetario Internacional, no estaban dirigidas a la institución sino a la elite universitaria, a su gobierno.

Aquí, en Utopía, se preguntó por los indispensables matices en las críticas presidenciales para saber si estaban dirigidas al rector Enrique Graue al que López Obrador expresó su apoyo en septiembre de 2018, claro que en política los tiempos son harto dinámicos, o bien a los notables que integran la poderosa Junta de Gobierno. Y salió el peine, el desacuerdo es con el exsecretario de Salud de Enrique Peña que dejó un desastre en obras hospitalarias inconclusas, costosas y saturadas de corrupción, además de que fue simultáneamente delegado priista en Ecatepec para la elección en la que resultó triunfador Alfredo del Mazo Maza como gobernador mexiquense, más por las malas que por la buenas maneras, frente a Delfina Gómez Álvarez.

Por lo que apunta Obrador, ahora en forma inconfundible, Narro Robles procede como jefe del grupo político hegemónico en la UNAM, y que desde el rectorado de Guillermo Soberón algunos llaman la “mafia de la bata blanca”, además se siente “muy influyente” y justo cuando en el lejano horizonte se dibuja la sucesión en la Rectoría y el coahuilense de Satillo se engalla para imponer sucesor. O eso puede colegirse. Y Narro lo niega.

Con independencia de la certeza o no de las críticas de AMLO a la principal  universidad pública, incluso de la pertinencia cuando está en curso una compleja batalla por el predominio del Estado en la energía eléctrica y el súper estratégico litio, el debate sobre el estado que guarda la educación superior es muy importante. Y nadie debiera escandalizarse, en forma real o demagógica como lo hacen las oposiciones partidistas y empresariales, por las observaciones críticas, y menos envueltos en la bandera de la autonomía universitaria.

No es necesario desgarrase las vestiduras porque existe un inequívoco compromiso presidencial con el respeto a la autonomía universitaria –misma que irrespetaron los muchos grupos priistas que despacharon en la Rectoría, travestidos en apartidistas–, con la entrega de los recursos públicos y con la no presentación de “ninguna propuesta de reforma” a la UNAM.

Pero el debate es impostergable y la agenda abundante. Basten dos botones de muestra. Las condiciones laborales de más del 70% del personal que da clases son de los peor pagados, algunos ganan apenas el salario mínimo, mientras la élite percibe más de 100 000 pesos. Existen académicos que se autodenominan “el precariato de la UNAM” y otros forman parte de “la clase turista, la bussines class y la first class”.

Otro gran tema, acaso el estructural por ser clave, son las arcaicas y verticales formas de gobierno, reguladas por la Ley Orgánica que data de hace más de siete décadas.

Acuse de recibo

Opinión del periodista Moisés Edwin Barreda: “(…), a mi modo de ver son correctas tus apreciaciones acerca de lo dicho por el presidente respecto de la UNAM. Pero creo que habla del todo, y en este caso no se necesita preguntar a cuál de las partes se refiere. Por otra parte, también merece consideraciones en público la virtual censura del mandatario a la Suprema Corte de Justicia de la Nación por fallar en favor de los evasores del pago de gabelas. En realidad así protegen sobre todo a los grandes empresarios, al suprimir la prisión preventiva por delitos fiscales. Los grandes empresarios evasores del fisco son más peligrosos, dañinos y por endemás vituperables que los rufianes de oficio, como puede calificarse también a los proxenetas de la política y ministros que por interés personal votan en agravio de la nación”. https://indicepolitico.com/la-unam-los-cacicazgos-y-amlo/ (…) Para que usted lea en el penúltimo número de www.forumenlinea.com: EU continúa financiando el apartheid israelí (Guillermo Martínez). Los colores del ixtle; La magia del zapupe (Nidia Sánchez). El de Italia, un bello ejemplo: ¿Regresará Austria a México el Penacho de Moctezuma? (Teresa Gil)… Dice AMLO que Mario Menéndez, propietario de los diarios Por Esto, “es mi amigo, mi hermano”, mientras el portal Regeneración, vinculado a la 4T, lo exhibe en los paraísos fiscales: https://regeneracion.mx/exhibe-pandora-papers-yates-e-inmuebles-de-duenos-de-medios/

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