AMLO en la cumbre trilateral

Álvaro Cueva / Milenio
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¡Qué éxito tan más grande el de Andrés Manuel López Obrador en la Cumbre Trilateral México-Estados Unidos-Canadá!

¿Por dónde empezamos? Primero, por la trascendencia de su discurso. ¡Qué manera de tomar la sartén por el mango, de poner los temas fundamentales sobre la mesa y de justificar cada idea!

No sé usted, pero yo jamás había visto a nuestro presidente abordando, con esa fuerza, asuntos tan delicados como el crecimiento de China y la urgencia de poner a producir a nuestra Norteamérica.

Segundo, ¿sí se dio cuenta de la congruencia? AMLO jamás dejó representar a los pobres, de hablar en nombre de las trabajadoras y los trabajadores, de buscar la manera de ayudarlos.

Y tercero, el tono. López Obrador habló siempre con el más profundo respeto, pero con una seguridad tan admirable que por primera vez en décadas podemos decir que el presidente de México estuvo a la altura de los estadistas más grandes del mundo.

Hagamos memoria. ¿A usted no le daba pena cuando nuestro Poder Ejecutivo se ponía tan nervioso en esa clase de eventos que terminaba haciendo el ridículo sin saber siquiera cómo extender la mano?

Acuérdese, la noticia no eran los discursos, eran los memes.

Sí, en esta ocasión no faltó el enemigo que, a la fuerza, quiso hacer virales fotos de nuestro presidente encorvado o con las piernas chuecas, lo cual no es muy estético.

Pero en esta reunión, a diferencia de las de antes, eso, que fue tomado en los entretelones del evento quién sabe con qué fin, pasó a un último plano ante la magnitud de lo conseguido.

Sí fue muy espectacular la participación de AMLO en esta cumbre, como para que las mexicanas y los mexicanos nos sintamos orgullosos de él comenzando por los que más lo atacan.

¿Cómo les quedó el ojo cuando habló, con precisión, de inversión y consumo? ¿Pues no que López Obrador era el enemigo de los empresarios? ¿Pues no que su visión era lenta y anticuada?

¿Y qué me dice de la parte de la competitividad, de lo de las armas y hasta de lo del cambio climático?

Vimos a un AMLO valiente, contundente, actual. ¡Bueno, hasta se atrevió a meterse con cuestiones particularmente escabrosas como lo de los opioides y la migración!

Yo no recuerdo a otro presidente de México poniéndosele al tú por tú a sus colegas de Estados Unidos y Canadá.

Ahora, no. ¿Pero sabe cuál es el contraste más escandaloso? El de la austeridad.

No nos hagamos tontos, antes, cuando los presidentes de México salían de gira, las coberturas eran como de revista del corazón. Que si la ropa, que si el maquillista, que si las fiestas, que si los invitados.

Con todo respeto para mis compañeros que viajaban con él, a veces daba la impresión de que se iban a pasear, de que el objetivo era apantallar a las muy “fregadas” audiencias mexicanas.

Hoy, todo fue distinto, mejor y quien quiso insultar, insultó. O sea, hubo una libertad de expresión que antes no había porque, seamos sinceros, en otros sexenios, cuando los presidentes de México viajaban, prohibido criticar, que no se sepa si alguien gritó cosas feas, que todo se vea bonito.

¡Qué éxito tan más grande el de Andrés Manuel López Obrador en la Cumbre Trilateral México-Estados Unidos-Canadá! No lo puedo decir de otra manera. ¿O usted qué opina?

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