Preocupantes alertas

* La inflación llegó para entorpecer el proceso de la economía
* El petróleo va para arriba, lo que no augura gasolinas baratas

Francisco Gómez Maza / Análisis a fondo
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Continúan los índices de precios mandando alertas preocupantes de que, este año de 2021, la inflación terminará disparándose. Que al menos se duplicará en relación con el crecimiento que experimentó en el 2020. Y lo más grave: que afectará negativamente al proceso productivo y a la capacidad de compra de las grandes mayorías de ciudadanos, que tendrán dificultades, inclusive, para adquirir los productos de la canasta básica.

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) informó, el 9 de agosto, que el índice nacional de precios al consumidor (INPC) mostró una inflación de 0.59% en julio, respecto a junio. Con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 5.81%. En el mismo mes de 2020 las variaciones fueron de 0.66% mensual y de 3.62% anual.

El Banco de México, el INEGI y analistas independientes habían estimado que, en este tiempo de pandemia de la covid-19, la inflación crecería alrededor del 3%, pero no podrá ser así, tal como lo hemos, reiterado cada lunes. La impulsa fuertemente el Índice Nacional de Precios al Productor, por lo cual la inflación se elevará por encima del 6%, fenómeno que incidirá fuertemente en el poder o capacidad de compra de bienes y servicios de las clases más desprotegidas, y entorpecerá el proceso productivo en la economía.

La economía en general crecerá más o menos al mismo nivel del crecimiento de la inflación, lo que le frenará el impulso al proceso productivo soñado por los economistas del Banco de México y del INEGI, los asesores económicos de las grandes empresas exportadoras, y los de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, que siempre habla de manera triunfalista del proceso de la economía nacional, posición muy explicable pues sobre él, como presidente de la nación, cae la responsabilidad de todo lo que ocurre en el ámbito de lo macro.

La economía, medida por el famoso producto interno bruto, o sea la suma de todos los bienes y servicios producidos por la economía en el lapso de un año, crecerá en alrededor de 6%, si no es que menos, aunque algunos analistas y expertos, entre ellos los del Fondo Monetario Internacional, creen que rebasará ese dígito.

El 9 de agosto, el INEGI publicó sus boletines sobre el comportamiento de la inflación medida con los índices nacionales de precios al consumidor y el de precios al productor, que ya hemos definido arriba. 

El INEGI informó que, en julio, el índice nacional de precios productor (INPP) total, incluyendo petróleo, registró un incremento de 0.46% frente al mes precedente, y de 6.43% a tasa anual. En igual mes de 2020 aumentó 1.11% mensual y 3.72% anual.

Por grupos de actividades económicas, los precios de las actividades primarias subieron 0.48%; los de las actividades secundarias, 0.59% y los de las actividades terciarias, 0.23% a tasa mensual. El índice de mercancías y servicios de uso intermedio, incluyendo petróleo, mostró a tasa mensual un alza de 0.59% y a tasa anual de 9.57%. Por su parte, el índice de mercancías y servicios finales, incluyendo petróleo, presentó un crecimiento de 0.41% mensual y de 5.24% anual, en julio de este año.

A desfondo: Siguiendo con el tema precios, los del crudo caían un 4% la mañana del 9 de agosto, extendiendo las fuertes pérdidas de la semana pasada, ante el avance del dólar y las preocupaciones de que nuevas restricciones, relacionadas con el coronavirus en Asia, sobre todo en China, ralenticen la recuperación mundial de la demanda petrolera. Una seria advertencia de un panel de Naciones Unidas sobre el cambio climático también se sumó al ambiente sombrío, después de que los incendios arrasaron casas y bosques en Grecia y partes de Europa sufrieron inundaciones mortales el mes pasado. Las preocupaciones por una potencial erosión de la demanda petrolera mundial han resurgido con la aceleración de la tasa de infección de la variante Delta, estimó Gordon Ramsay, analista de RBC. Analistas de ANZ apuntaron a las nuevas restricciones en China, el segundo mayor consumidor mundial de crudo, como un factor importante que ensombrece el panorama de crecimiento de la demanda, reportó la agencia de prensa británica, Reuters. El avance del dólar a un máximo de cuatro meses, frente al euro, también afectaba a los precios del crudo, tras el positivo reporte de empleo publicado en Estados Unidos el viernes 6, que impulsó las apuestas de que la Reserva Federal pueda moverse más rápido para ajustar su política monetaria.

 

 

Inflación, un peligro para la economía

* Banxico desacelera para no desbarrancar
* Es que la inflación puede ganar la carrera

Francisco Gómez Maza / Análisis a fondo
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Ante el riesgo de que se desboque la inflación, que ya duplicó su nivel de crecimiento esperado en un año –pasó del 3% estimado por los gurúes oficiales a casi el 6%–, se afecte el poder adquisitivo del dinero y de los consumidores y, por supuesto, la recuperación económica, el Banco de México echó mano de su política monetaria para calmar los ánimos y tomar distancia y reorganizar todo el relajo.

El acelerado crecimiento de la carestía de los bienes y servicios del aparato económico (inflación) ha obligado al banco central a enfriar el proceso y congelar dinero circulante en la economía y amortizar compromisos con los bancos del exterior:

Han disminuido su saldo de reservas internacionales, así como el de la base monetaria, o sea el dinero en billetes y monedas que circula en el mercado.

En el más reciente informe de su estado de cuenta, correspondiente a la semana concluida el viernes 6 de agosto y difundido el martes 10, el banco central mexicano destacó, por una parte, que sus reservas internacionales de divisas disminuyeron 145 millones de dólares con lo que su saldo, al cierre de la semana, fue de 193,278 millones de dólares, y la base monetaria (billetes y monedas en circulación y depósitos bancarios en cuenta corriente en el Banco de México) disminuyó 3,612 millones de pesos, alcanzando, no obstante, un saldo positivo de 2,174,167 millones de pesos, cifra que implicó una variación anual de casi el 14%.

El nivel y el comportamiento de la base monetaria refleja, en parte, las medidas sanitarias implementadas, que habrían afectado la demanda de efectivo como medio de pago por parte del público. La cifra alcanzada por la base monetaria, al 6 de agosto de 2021, significó un incremento de 261,384 millones de pesos respecto a la misma fecha del año anterior. En pocas palabras, el hecho de que en la semana se hayan dado esos movimientos, que podríamos calificar de negativos, el comportamiento restrictivo tanto del dinero en circulación como del saldo de la reserva federal, forma parte de medidas de política monetaria del instituto bancario central, en un intento por detener el proceso inflacionario e impulsar la recuperación del crecimiento de la economía, con obligados pero moderados incrementos de las tasas de interés.

         El nivel y el comportamiento de la base monetaria refleja, en parte, las medidas sanitarias implementadas en el país, que habrían afectado la demanda de efectivo por parte del público, como medio de pago, de acuerdo con la explicación ofrecida en comunicado de prensa por la Oficina del Gobernador del banco central. El Banco de México, a través de su política monetaria, usa la cantidad de dinero como variable para controlar y mantener la estabilidad económica. Y comprende las decisiones de las autoridades monetarias referidas al mercado de dinero, que modifican la cantidad de dinero o el tipo de interés.

Los objetivos básicos de la política monetaria pueden resumirse en los siguientes:

* Estabilidad del valor del dinero (contención de los precios, prevención de la inflación).

* Crecimiento económico. (En el caso del momento, recuperación de la economía vapuleada por la crisis internacional prepandémica y los efectos de ésta en la estructura productiva, mediante destrucción de empresas y desplazamiento de puestos de trabajo, en millones).

* Mayor nivel de empleo posible.

* Evitar desequilibrios permanentes en la balanza de pagos, mantenimiento de un tipo de cambio estable (cotización peso-dólar) con protección de la posición de reservas internacionales.

Los mecanismos más comunes para que el banco central pueda influir sobre la cantidad de dinero y sobre la tasa de interés, a través de: cambios en las tasas de interés, operaciones de mercado abierto o variación del coeficiente de caja.

 

 

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