Morena: Entre la crisis y los pleitos

Jorge Meléndez Preciado
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.    Twitter@jamelendez44

El que debería ser el brazo potente del gobierno de Andrés Manuel, su punta de lanza o su aparato para ir avanzando las propuestas y los asuntos más complicados, está en crisis desde hace tiempo.

Antes de la llegada de actual presidente, Mario Delgado, ya había inconformidades porque la señora Citlali Ibáñez, alias Yeidckol Polenvsky, no daba lana para lo fundamental: tener un periódico con gran penetración (tú lo viviste, Raúl Correa), organizar una escuela de cuadros que permitiera ir perfilando nuevos dirigentes y estar atentos al debate nacional.

Al venir el cambio, don Porfirio Muñoz Ledo, como siempre, quería tener una dirección más. Al no lograr su objetivo, empezó con sus conocidos y eficaces sarcasmos, pero sin proponer nada sustancial.

Desde el 23 de octubre del 2020, Mario Delgado está encargado de poner en operación la maquinaria, aunque le ha faltado tino, apoyo, brío y un equipo que le vaya dando rumbo a una organización que necesita urgentemente el mandatario López Obrador, aunque en ocasiones él piense que su voluntad, deseos de cambio y urgencia por renovar el país lo puede realizar solo, algo realmente imposible.

En la pasada consulta, tan viciada de origen y tan denostada por todos los adversarios del tabasqueño, participaron cerca de siete millones de personas, no obstante, las malas artes y las limitaciones del INE, algo que fue muy comentado en diferentes círculos, y a pesar de que Lorenzo Córdova la haya considerado un éxito sin precedentes (sic que recuerda el fraude de Felipe Calderón).

Si en realidad Morena tiene tres millones de afiliados, según el analista: Gibrán Ramírez (Milenio, 2 de agosto), podríamos decir que cada morenista pudo invitar a un solo amigo para tener seis millones. Algo realmente paupérrimo.

            Pero mientras esto ocurría, vimos cómo se confrontaban Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación, y la fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, con Ricardo Monreal, líder del Senado y hermano de David, gobernador de Zacatecas, por la enésima posposición de desaforar a dos pájaros de cuenta, el diputado poblano, Saúl Huerta, por presunto abuso de menores, y a Mauricio Toledo, el motejado: Tomate Deshidratado, quien está acusado de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.

Monreal exigió respeto al Poder Legislativo de parte de sus compañeros del Ejecutivo. Correcto, pero es inconcebible que un personaje como Ricardo no haya podido sacar adelante dicho juicio pospuesto innumerables ocasiones. ¿Falta de oficio político o negligencia?

Tampoco se entiende el por qué si antes regañó a su hermano David, la primera vez que fue suspirante a la gubernatura de Zacatecas y perdió, ahora don Ricardo se quede tan tranquilo ya que en su tierra únicamente sufragó en la pasada consulta el 3.5 por ciento del padrón electoral.

Enigmas del morenismo.

Ahora que Marcelo Ebrard hizo una demanda contra 11 compañías que vende armas a los narcos mexicanos, desde la Colt a la Barret pasando por la Smith and Wesson, el multicitado Ricardo se congratuló de la misma y dio su aval para que se litigue en Boston, Massachusetts, al respecto.

Bien en este caso.

Algunos han llegado a la burla sangrienta contra Mario Delgado por su poca actividad (ver el artículo de Ignacio Zavala, El Financiero, 4 de agosto), incluso señalando que la oposición no tiene líderes ni remedio en el corto y en el largo plazo, aunque con una Morena sin brillo todo puede hacerse.

Afortunadamente para los simpatizantes de la 4T, el propio Delgado señaló que Morena iniciará la constitución de un Tribunal del Pueblo para apoyar a las víctimas del pasado y pedir justicia en muchos terrenos (El Heraldo, 4 de agosto). Que además dicha organización será amplia y autónoma.

¿Estaremos ante un renacimiento de iniciativas diferentes y trascendentes luego de lo ocurrido el uno de agosto de 2021 por parte de la organización que está en el gobierno?

Ya veremos.

Lo importante, insisto, es que lejos de los pleitos sin sentido, Morena ponga en acción su propaganda –que puede ser muy amplia y eficaz si se sabe orientar–, organice sus cuadros de forma efectiva con personal competente y vaya lanzando iniciativas para movilizar, no obstante, la pandemia que arrecia, a los millones que esperan un cambio de verdad.

De no hacerlo, la enorme sagacidad, popularidad y audacia de AMLO no servirán para que en 2024 el voto refrende un cambio indispensable en este sufrido y explotado país.

 

 

La amenaza a Azucena Uresti es contra todos

Jorge Meléndez Preciado
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La intimidación  contra Azucena Uresti, y otros compañeros de: El Universal, Televisa y el Grupo Multimedios, que profirió el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), a través de un individuo, a nombre de Nemesio Oseguera Cervantes, conocido popularmente, como el Mencho, no es sólo contra ellos. Más bien es contra todos los que llevamos a cabo la labor periodística, a pesar que esos criminales lo intenten negar.

            Es el momento que todos los ocupados en las tareas periodísticas, en los diversos órdenes, cerremos filas, dejando de lado nuestras animadversiones políticas e ideológicas y defender no únicamente a Uresti y otros compañeros, sino la libertad para publicar y editar sin censuras ni taxativas, sino con amplitud total.

No se trata de discutir con un sujeto que tiene amenazado a muchos y ha transgredido la ley flagrantemente, si cobra o no cuotas, extorsiona o secuestra. Esos serían asuntos menores. Lo que hemos visto es su capacidad para atacar a las autoridades diversas e incluso someterlas a su arbitrio. Lo  que raya en lo grotesco.

No olvidemos que dicho cártel ha derribado helicópteros del gobierno, realizó el ataque contra el jefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, y ha desfilado con tanquetas y armamento que únicamente debe estar en manos de las fuerzas armadas nacionales, como recientemente lo hizo en Aguililla, Michoacán.

Dijo el sujeto que habló a nombre del grupo mafioso: “Yo, representante del CJNG, me dirijo directamente a Noticias Milenio, no estoy contra la libertad de expresión (sic mayúsculo), pero sí de quien me tira a mi directamente. No acarren ustedes con problemas que no les corresponden porque nunca le he pegado a un noticiero porque nunca me han pegado a mí directamente” (El País, 9 de agosto). Megalomanía total.

O sea, el grupo armado que ha causado dolor, rabia, llanto y desesperación en miles de familias mexicanas quiere impunidad absoluta para hacer lo que le plazca, y que los informadores no tengan la menor posibilidad de señalar los destrozos que ha causado en nuestro país y en muchos otros esos delincuentes.

El periodismo perdería su esencia al no señalar los problemas, denunciar a los culpables, desnudar a quienes son los causantes de tragedias en miles de compatriotas, especialmente estos mafiosos que se sienten intocables debido a su armamento y potencia de fuego. Pero no. En muchos lugares: Italia, Colombia, El Salvador y demás naciones los profesionales dignos han puesto al descubierto lo que incluso varias autoridades –hay que decirlo en esta hora de gran descrédito del Poder Judicial– no han investigado y castigado.

El multicitado Cártel Jalisco acusa a Juan Farías Álvarez, alias el Abuelo, líder del Cártel de Tepalcatepec, Hipólito Mora y al grupo criminal: Los Viagras de ser secuestradores, de cobrar cuotas y ser narcotraficantes disfrazados de autodefensas cuando en realidad son narcos y entregan dinero a distintos medios de comunicación.

Esto, desde luego, es algo que debe investigarse y, en dado caso, llevarse ante la ley a quien haya realizado ilícitos en cualquier lugar y forma, pero resulta francamente detestable que aquellos grupos conocidos por su soberbia, ataques a todo tipo de mexicanos y su falta de ética nos quieran decir ahora a quienes respetar  y a cuáles no.

Justamente cuando ocurre este acontecimiento que ha cimbrado a todo el gremio periodístico, en el cual han sumado voces tan disímbolas como las de Julio Hernández López, conocido como Julio Astillero, y Carlos Loret de Mola, los cuales tuvieron recientemente una discusión muy honda, se presentan estas amenazas que debemos parar todos los informadores y reporteros, sumándonos sin marcas porque se erradique ¡ya! la enorme violencia en nuestro país.

En años pasados, 1988, la Unión de Periodistas Democráticos (UPD), realizó una marcha de la estatua de Francisco Zarco a Gobernación para exigir la aclaración del asesinato de Manuel Buendía. Después, en agosto de 2010, Las Periodistas de a Pie, llevaron a cabo otra manifestación del Ángel de la Independencia al Palacio de Covián, a donde concurrieron 2 mil personas. Es hora que todos los medios y periodistas hagamos un acto de unidad en defensa de nuestros compañeros amenazados y en favor de la libertad de prensa.

Por cierto, la Secretaría de la Defensa pudo desmantelar un campo de entrenamiento del CJNG en Jilotitlán de los Dolores, Jalisco, cerca de Tepalcatepec, Michoacán (La Silla Rota, 9 de agosto).

Leopoldo Maldonado, de Artículo 19, llamó a que el gobierno “ahora sí” tome cartas en el asunto y vaya a fondo  contra esa mafia.

En tanto Jesús Ramírez, vocero de AMLO, dijo que el gobierno de México tomará las medidas pertinentes para proteger a los periodistas amenazados y que las libertades democráticas están garantizadas junto con el derecho a la información para los ciudadanos.

Insistimos, es la hora de unirnos por la defensa de todos y combatir en serio a la delincuencia, cada uno en su campo de acción.

 

 

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