Doble juego de Washington con la USAID en el país

Moisés Edwin Barreda / Silabario de política
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Aunque se vea conveniente para mantener cordiales las relaciones bilaterales, es inexplicable que el gobierno de la 4T se preste al doble juego del estadunidense firmando memorándum con la USAID a un mes de que AMLO le reprochó que mediante esa agencia patrocina a los golpistas agrupados en Mexicanos Contra la corrupción y la impunidad (MCCI).

Lo más grave es que casi a 30 días del reproche de AMLO y su petición de que la USAID ya no financie a MCCI, Joe Biden le responde indirecta y negativamente anunciando que a través de la USAID, Washington continuará financiando a cuanta organización como el MCCIhay o haya en el mundo que luche contra la corrupción. Además estimulará la creación de entes con ese propósito.

Biden manifestó en su Memorándum Estudio de Seguridad Nacional, que la corrupción “amenaza la seguridad nacional de Estados Unidos, la equidad económica, los esfuerzos contra la pobreza global y en pro del desarrollo, y la democracia, en sí misma”. Es curioso que ahora tenemos gobierno democrático, impuesto por el pueblo, y Washington financia a agrupaciones que tratan de derrocarlo, integradas por beneficiarios del sistema político eliminado en julio del 18.

 

Cualquiera con dos dedos de frente sabe que el anuncio de esa falsa cruzada internacional contra la corrupción fue, realmente, virtual respuesta de Biden a la demanda de AMLO,

 

El doble juego es evidente si consideramos que desde 1953 Washington emplea a la CIA (Agencia Central de Inteligencia) para derrocar gobiernos democráticos en América Latina, y que en 1961 fundó la USAID para complementar la labor de aquélla financiando a grupos de oposición creados por oligarcas y particulares derechistas nacionales codiciosos de poder económico y político, o que pugnan por recuperar privilegios que el pueblo les arrebató, como los que hoy sufrimos en el país.

 

No se debe perder de vista la activa participación de la USAID y la CIA en el golpe de Estado que culminó con el “suicidio” de Salvador Allende en Chile, y que en 2006 Claudio Xoconoxtle (de aquí la “x”) González Laporte participó en el fraude con que se entregó a Felipe Calderón la Presidencia de la República que el pueblo otorgó a Andrés Manuel López Obrador, aunque con menos votos que en julio del 18.

 

Pero lo más grave y que explica la creación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad y el financiamiento que ésta recibe de Washington mediante la USAID, es que poco antes de las elecciones ese individuo, que fuera presidente del ahora Consejo Mexicano de Negocios, manifestó que si vencía López Obrador “se tendría que hacer lo mismo que en Chile (golpe de Estado)”.

Presumo que ese memorándum es parte del atole con el dedo que Washington le da al gobierno de la 4T y a AMLO mientras socava el apoyo que le dio el pueblo en julio del 18 y que le acaba de refrendar con creces en todo el país mayor que el que tuvo Allendey mina la lealtad de las fuerzas armadas, es decir mientras encuentra al par del criminal Pinochet. Para eso se sirve de las carretadas de millones de dólares.

Seguramente Washington, instrumento de transnacionales, espera, como los conservadores totonacas, algo parecido al levantamiento en armas que en 1833 esperaban los conservadores de ese tiempo y se dio al grito de “religión y fueros”. Y no cabe duda que la historia se repite, pues los conservadores traidores que crearon el IMCC son como los que se opusieron al programa reformista que en esa época proponía desarrollar el vicepresidente Valentín Gómez Farías (quien gobernaba realmente).

El paralelismo entre lo que soñaban los conservadores de antaño y los de hogaño, cuando tenemos gobierno cuya prioridad es precisamente erradicar la corrupción, lo que está en marcha exitosamente impulsando desarrollo social jamás visto, lo hallamos en importante párrafo que subraya la maestra Doralicia Carmona en su Memoria política de México.

Ese párrafo, extraído del discurso de toma de posesión de Gómez Farías, reza: “No basta, es verdad, el respeto y la observancia del pacto social para hacer el bien de los pueblos; son necesarias, además leyes secundarias […]; que se adopte una economía prudente, y que haya pureza y fidelidad en el manejo de los caudales. […] la administración de justicia se halla, por desgracia, en un estado lamentable, y de este grave mal se resentirá nuestra sociedad, mientras dependa aquélla en gran parte de las leyes antiguas y modernas, inaplicables unas, y otras de difícil aplicación en nuestras instituciones […].

Es paradójico que, entre líneas, Biden dice que continuará el apoyo económico que empezó en 2020 a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, precisamente ahora que el gobierno federal maneja con honradez el erario, en sentido antípoda a todos los regímenes anteriores, que tanto beneficiaron a los neoconservadores.

Y ya que hablo de los X. González, sugiero que el gobierno federal investigue cómo adquieren la madera para hacerse de celulosa, materia prima para su fábrica de papel, pues no sería remoto que tengan mucho que ver con el grave problema que es la tala clandestina. Me extraña que durante los tres años de régimen contra la corrupción no se ha dicho una sola palabra acerca de esta cuestión.

 

 

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