Nueva composición electoral

Jorge Meléndez Preciado
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.    @jamelendez44

Si una gran cantidad de suspirantes a puestos de elección se declararon ganadores a los pocos minutos de haber votado, varios medios informativos, entre ellos importantes diarios, señalaron la “amplia derrota” (sic enloquecido) de Morena y el triunfo de la fuerza opositora auspiciada por los millonarios: Claudio X González y Gustavo de Hoyos.

La realidad, como siempre, es otra y más compleja, ya que el partido de López Obrador ganó 11 gubernaturas, varias en el norte del país; obtuvo 15 legislaturas –entre ellas Tamaulipas, que hará temblar a Francisco García Cabeza de Vaca–, triunfó en capitales importantes y podrá mediante alianzas sacar adelante el presupuesto y otras leyes.

Es cierto, Morena perdió cincuenta diputaciones –significativamente las de cuadros importantes como Pablo Gómez Álvarez y Alfonso Ramírez Cuéllar–, descendió gravemente en su bastión principal, la Ciudad de México, en donde el este se encuentra en manos de la oposición, y Claudia Sheinbaum tendrá que negociar en un Congreso algo complicado; salió apaleado en Nuevo León y posibilitó por muchos errores que el PVEM tenga una bancada amplia que será importante para el futuro; en este punto incluso el aristócrata Manuel Velasco Coello ya hasta puso condiciones para ir juntos con López Obrador, lo cual es un desafío pero a la vez un juego peligroso para el nieto de un reconocido médico.

Según la encuesta de El Financiero (8 de junio), las bases de Morena salieron a votar más que nunca pues su sector de los pobres subió de 42 a 55 por ciento. Pero las clases medias y escolarizadas (universitarios y educación media) bajaron en su aprobación de 48 a 35 entre los primeros y de 52 a 44 por ciento entre los llamados “prepos”.

Es cierto, hicieron mella en estos sectores, hay que decirlo, el recorte a programas culturales, a los académicos, a la ciencia, a las peticiones de las feministas, el caso de las instancias infantiles, el no apoyo a muchas ONG auténticas y la falta de presupuesto amplio a los medios estatales de difusión.

Dijo Andrés Manuel en su mañanera del 8 de junio que hubo un bombardeo amplio en contra de Morena, principalmente en la Ciudad de México. Es cierto, pero faltó contrarrestarlo con una campaña más intensa, fina, profesional y certera en los medios estatales. Investigar y desnudar a quiénes patrocinaron a la oposición: los millonarios, el clero, los medios parciales con encuestas chafas y muchas otras cuestiones que debieron hacerse ahora que se tienen los instrumentos de difusión por parte del gobierno y se deben usar ética y responsablemente.

El PRI fue barrido, pues tiene un solo bastión, Coahuila, y perdió ocho gubernaturas, la mayoría para Ya Saben Quién. El PAN salvó Querétaro, perdió capitales importantes en todo el territorio, donde venció, curiosamente, Morena que tiene carro completo en nueve estados (Excélsior, 8 de junio).

Hubo alternancia en 35 importantes ciudades (El Universal, 8 de junio). El PAN fue derrotado en ocho ciudades que había mantenido durante largo tiempo. 18 congresos serán guindas.

Gran lección de la ciudadanía que salió a votar con todo y contra todo: largas filas y amplia espera; algunos en sillas de ruedas y uno hasta en camilla, amén de la pandemia. Los funcionarios de casillas aguantaron hasta el final, a pesar que hubo incidentes en Metepec, estado de México –aquí también perdió el Congreso Morena– y Tijuana, entre otros, pero no se arrugaron nunca. Aplauso al INE que hizo bien su trabajo, aunque Juan Sandoval Íñiguez se burló de ellos llamando a votar a destiempo y muchos influencers contratados por el PVEM realizaron propaganda a última hora, ante lo cual Facundo los satanizó por mercenarios, aunque ya deben pararse estos actos frecuentes de esos que no son verdes sino mercenarios. ¿Qué medidas tomará el INE?

            Dijo bien Rapé al concluir la elección: son tiempos de reflexión, calma y reconciliación. Ver para adelante con el fin de consolidar los apoyos a los más pobres, quienes no han explotado como en Colombia o Chile, algo que no entienden los millonarios, como ha insistido Jorge Zepeda Patterson en varias colaboraciones.

            Recomponer el camino antes de pensar en el 2024 es lo conducente entre las fuerzas progresistas e intentar un programa más lúcido e incluyente.

            PD. En Perú va adelante el izquierdista Pedro Castillo ante la derechista y hasta golpista: Keiko Fujimori, a quien apoya Mario Vargas Llosa, el señorito del rey de España. Ojo, intelectuales mexicanos.

 

 

 

Desigualdad social y democracia

 

Jorge Meléndez Preciado

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Lo dijo correctamente el maestro hindú, Amartya Sen: “La desigualdad erosiona la democracia”, y, desgraciadamente, en estos tiempos de pandemia la inequitativa distribución de la riqueza aumentó, lejos de amainar.

En América Latina, uno de los subcontinentes más desequilibrados, el número de milmillonarios aumentó en 40 por ciento.

Según estadísticas de la ONU, el 20 por ciento de la población acumula el 94 por ciento de la riqueza mundial; en tanto el 80 por ciento está en la penuria constante. Pero incluso entre esos pocos hay clases, ya que el 2 por ciento de ricotes amasan la mitad de la cantidad de fortunas.

Incluso 300 personas tienen la misma cantidad de dinero que 3 mil millones de individuos.

Mientras tanto, cerca de 7 mil millones de personas viven en el inframundo. Por eso vemos las imágenes de niños cadavéricos y madres que no les pueden dar alimentación de su cuerpo porque están desnutridas al máximo.

De 223 billones de dólares que es la riqueza mundial, el uno por ciento maneja el 80 por ciento de esa cantidad creada por todos, especialmente los trabajadores del campo y la ciudad. El 80 por ciento de esos que trabajan para hacer posible todo lo que compramos, se queda con el 6 por ciento de esa suma de productos, en ocasiones con defectos, anomalías, contaminación.

Los llamados filántropos, es cierto, dan anualmente 130 mil millones de dólares para actos de beneficencia de diverso tipo, desde alimentos y medicinas hasta la educación y algunos aparatos indispensables para comunidades. ¡Bien! se diría.

Por explotación, los países ricos obtienen 900 mil millones de dólares. 600 mil millones por préstamos que son de una duración infinita y 500 mil millones de dólares en aranceles y otras medidas. En total al año quienes dan una bicoca a los pobretones, obtienen dos billones de dólares de extracciones.

130 mil millones en ayudas y 2 billones en explotación, como diría el viejo y recordado Carlos Marx.

La explotación y las diferencias han aumentado de la época colonial a la actualidad, en más de 80 por ciento, algo que continuará si no hay una nueva relación en los próximos decenios.

Ahora vayamos a nuestro continente americano. Acá 2 mil 755 millonarios aumentaron su dinero en 86 por ciento en la pandemia (Rubén Martín, portal Sin Embargo). De ellos, Jeff Bezos llegó a una cantidad que se considera obscena, acumuló 177 mil millones de dólares en sus cuentas, por eso mandó construir el yate más grande del mundo (sic enloquecido).

En México, los millonarios más importantes poseen 2.8 billones de dólares, un tercio del producto interno bruto (PIB), o sea, esta última la cantidad de riqueza que se crea en un año.

Los cinco más billetudos son: Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas Pliego, Alberto Bailleres y Juan Francisco Beckman.

Larrea obtuvo 146 por ciento de utilidades en este año negro.

            En este grupo selecto está Carlos Hank Rohn, cuyo hermano, Jorge, quiso comprar a billetazos la gubernatura de Baja California, incluso algunos de sus aparentes oponentes declinaron a su favor.

La riqueza de los milmillonarios se compara con el ingreso que perciben 54.6 millones de trabajadores, con salario mínimo o más.

Dicen bien Amartya Sen: “La desigualdad erosiona la democracia”. ¿Lo entenderán los pobres que votarán por los ricos?

Una última consideración: la casi totalidad de las riquezas se hace por concesiones políticas a unos cuantos y por la explotación de los recursos de todos que se le otorgan generosamente a un puñado de vivales.

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