La mañanera como ejercicio de gobierno

Raúl Caraveo Toledo
Twitter@raulcaraveo

Dedico éste texto a mi nieta Ximena
Montforte Caraveo en su primer año de vida.

Mañana domingo se cumplen catorce días de confinamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, luego de anunciar el domingo veinticuatro de enero positivo a covid-19; al quinto día de confinamiento en Palacio Nacional tuvo que “salir” a exponer en video-mensaje que se encontraba en recuperación del virus y no de otro padecimiento, como algunos rumores manifestaron.

En catorce días la marcha del país se mantuvo intacta, se avanzó en todos los órdenes de la economía y el gobierno; el ejercicio de gobernanza que es la conferencia matutina continuó dirigida por Olga Sánchez Cordero, titular de la Secretaría de Gobernación, sin aspavientos ni catástrofes condujo muy bien, al cabo de los días fue cobrando confianza y autoridad ejecutiva en el atril más importante de la nación; la conferencia matutina es –quizá– el instrumento de gobernanza diario más efectivo, eficiente y cohesionador para el gobierno mexicano, implica un ejercicio de comunicación, transparencia, rendición de cuentas e iniciativas de investigación; su eficacia está probada desde los años 2000 a 2005 cuando López Obrador fue jefe de Gobierno del Distrito Federal.

En aquellos años de Vicente Fox eran más importantes las conferencias del jefe de Gobierno del Distrito Federal que lo que dijera Fox, un personaje que declaró que su carrera la hizo sin leer jamás un libro, con puras copias fotostáticas de capítulos de los libros; ¡hágame usted el favor!

Como ejercicio de gobierno –con una practicidad enorme– permite también reparar daños inmediatamente, corregir errores, confusiones y aclarar dudas, rumores o las famosas fake news; el gobierno concentra su poder y ejercicio y obviamente va de la mano de quien lo ejerce, el presidente; anteriormente no existía, las respuestas del presidente eran muy tardadas y torpes, el escenario grandilocuente demolía la esencia del ejercicio; Enrique Peña Nieto daba una conferencia bimestral –cuando mucho– cargada de nerviosismo y errores garrafales entonces lo efectivo era solamente su imagen de pulcritud, impecable vestimenta y modales principescos, su “hermosura física” de la que tan orgulloso se sentía; así corrían todos los anteriores ejercicios de información desde el Poder Ejecutivo; en aquellos años el poder de marcar la agenda que hoy lo tiene el presidente todas las mañanas, lo tenía un noticiero nocturno (24 Horas o El Noticiero) transmitido por el Canal 2 de Televisa, era primero Jacobo Zabludovsky (en paz descanse) y luego Joaquín López-Dóriga quienes “informaban” y daban la agenda, marcaban la pauta de la línea presidencial sobre a quién si o a quién no denostar, decapitar, eliminar del espectro; desde estos espacios e “informadores” se enfilaba la estrategia y a partir de ahí los demás medios sabían lo que debían hacer, Tv Azteca, Grupo Fórmula, Imagen, Excélsior, El Universal, Milenio, eran algunos donde el 80% de su plantilla de redactores, editores y articulistas eran sobrados soldados del régimen con muy buenas percepciones monetarias.

Las mañaneras como algunos les llaman, acabaron de raíz con este contubernio de intereses que generó camadas de periodistas, intelectuales, escritores inmensamente millonarios.

Hoy, a dos años de gobierno, sin embargo quedan aún algunos nostálgicos defensores de aquel viejo equilibrio de poderes. Y es ahí donde se ha enquistado la oposición al régimen,  pero ya es imparable la quiebra económica de sus medios de comunicación y la quiebra profesional de quienes ejercieron este “periodismo”. No hay pagos al margen y no hay venta ya de periódicos en papel, y también hay más medios digitales mucho mejores, de calidad.

Algo importante que dejó estos catorce días es que: 1) la presencia física del presidente no es tan estrictamente necesaria; 2) la presencia en medios de la oposición, cuyo único instrumento son sus propios medios –en quiebra– no son eficientes, influyentes o efectivos; 3) los gambitos que estos opositores idearon durante los catorce días no fueron relevantes, fueron hilarantes, eso sí; y 4) quien no quiera entender eso –para una ciudadanía madura– en las próximas elecciones del 6 de junio, está francamente perdido.

Hoy, a catorce días del confinamiento de AMLO la realidad del ejercicio de gobierno y el papel de la oposición a éste puso en sus niveles homologados a Lilly Téllez con Héctor Aguilar Camín; a Pedro Ferriz Híjar con Joaquín López-Dóriga; a un tal Chumel Torres con Claudio X. González; o a Manuel Clouthier, Gabriel Quadri, Margarita Zavala, Rubén Moreira, Alito Moreno, Felipe Calderón con la dupla Brozo-Loret.

No hay duda: ¡Benditas redes sociales!

 

 

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