Pertinencia de La guía ética

Gerardo Fernández Casanova
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El Buen Vivir es un anhelo de la humanidad desde antes de que surgiera el homo sapiens. Desde siempre ha funcionado en términos de dotarse de seguridad y bienestar. Las culturas y civilizaciones se generan como producto de la procuración de una mejor vida inalcanzable y, en muchos aspectos, contradictoria e injusta. El proceso dialéctico lleva avances y retrocesos; bienes para unos y males para otros. El conservador queda satisfecho con lo bueno de que dispone; el revolucionario lucha porque lo bueno esté a disposición de todos. Es la humanidad en permanente conflicto.

          El conservador es por naturaleza egoísta, en tanto que el revolucionario, también por naturaleza, es humanista y socialista. La Revolución cristiana de Jesús de Nazaret se fincó en el amor a los demás. La Revolución francesa postuló la Igualdad y la fraternidad. El Che Guevara consideró a la cubana como una revolución amorosa. El Buen Vivir se sustenta en un régimen de felicidad nacido del amor al prójimo; al cercano, al vecino y al paisano y se consolida en todo el ser humano. La familia, la patria y la humanidad toda en ejercicio del amor que procura el bienestar y la justicia.

          Hoy vivimos los grandes avances de la tecnología acompañados por una irresistible escalada de violencia nutrida por una actitud egoísta e individualista, en la que se privilegia el tener a toda costa y se desprecia el ser feliz en el amor sin afectación alguna que desordenada sea. En rechazo a la violencia se ejerce la violencia infructuosa. Las protestas masivas exigen respeto de derechos vigentes por naturaleza, pero conculcados por la vileza, sea de la autoridad, sea del macho o de la hembra, sea por fanatismos religiosos o por diferencias raciales, por la riqueza no compartida, todo ello por ausencia de la justicia y el amor.

          Duele mucho la violencia contra la mujer, es contra natura por antonomasia. Es muy justa la vigorosa lucha por erradicarla. Tal vez sea el mayor reto a que se enfrenta la humanidad entera y, me queda claro, no es con cárceles y policías como se puede resolver; se trata de una crisis cultural sumamente arraigada. Según el INEGI, uno de cada cinco feminicidios se comete en el entorno familiar o social de la víctima. El nuevo rol igualitario de la mujer, choca con el de la tradicional sumisión al macho; de ahí la violencia feminicida. Hace mucha falta la reeducación del hombre para aceptar la nueva relación de poder en la pareja; el mutuo respeto es el valor esencial a recuperar y fortalecer, mediante la ética del amor.

          Sería muy larga la nómina de las expresiones de la descomposición que se padece en el mundo y en México. Baste decir que son asuntos de diagnóstico relativamente fácil, de pronóstico funesto y muy complicada solución. Es una crisis del sistema capitalista en su conjunto sobre el cual actúan fuerzas en desequilibrio en tamaño y en tiempo difíciles de conjugar.

          De ahí que el acudir a la ética, a la recuperación o la renovación de valores humanos, tenga cabal pertinencia. La guía ética para la transformación es apenas un balbuceo de lo que hay que hacer, pero se encamina en el sentido correcto. Estamos convocados a asumirla, difundirla y perfeccionarla; es tarea de elevado humanismo y patriotismo responder con entusiasmo, en busca del Buen Vivir.

          Aquí termino y me dispongo a escuchar el Informe por el segundo aniversario de Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia.

 

 

El fuego de los cien mil demonios

Gerardo Fernández Casanova
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La liberación y repatriación a México del general Salvador Cienfuegos, anterior secretario de la Defensa Nacional en el gobierno de Enrique Peña Nieto, desató una tormenta de análisis y comentarios en todo el espectro de la opinión nacional, con cien mil demonios disputándose el sitio de la mejor interpretación de los hechos, sea para detractar o para alabar la actuación del presidente López Obrador. Como un humilde diablo pueblerino no dejaré pasar la ocasión para meter mi cuchara en lo que sobre de la sopa.

          Llevo veinte años de seguir y saber del hoy presidente y de observar cómo disloca a los más ubicados analistas de la política, la mayoría muy hechos a la lectura entre líneas y a la adivinación de lo que hay detrás de dichos y gestos, acostumbrados a hurgar en la catacumba en que se ha desenvuelto la política tradicional para, finalmente, ver frustrados sus afanes y derivar a la diatriba y la especulación para guardar la figura. Mi opinión es que el personaje en cuestión sólo confunde con la verdad; dice las cosas que piensa pero piensa mucho lo que dice; opta por omitir antes que mentir lo que, además, incluye en su lema.

          En una primera instancia, a bote pronto, en la conferencia matutina lo comentó como una muestra más de la descomposición del régimen neoliberal. Verdad absoluta. En segunda instancia, analizadas las formas y las consecuencias, enfiló la comunicación de extrañeza del canciller ante el embajador por no haber sido informado con antelación al hecho y la posterior nota diplomática formal ante el gobierno de Estados Unidos. Es indudable que entre las consecuencias quedó incluida la molestia de los militares por el hecho; no hacía falta expresarlo pero nunca se negó.

          En estas circunstancias la justicia estadunidense –de manera insólita– reculó y pidió a la juez el retiro de los cargos formulados y la devolución del acusado para ser juzgado en México conforme a las leyes mexicanas, mediante previo acuerdo entre los fiscales generales de ambos países. Por donde se le quiera ver el hecho es una hazaña que venció o convenció al poder del imperio. Los críticos conservadores pretenden minimizarla aduciendo que fue un obsequio de Donald Trump por la espera del presidente para felicitar a Joe Biden o que obedeció a un chantaje con la amenaza de expulsión de los agentes gringos o lo que se les ocurra. Pero el hecho es que Cienfuegos fue traído a México por los alguaciles. Hasta aquí el primer acto de una obra en proceso.

          El segundo acto comienza por un hecho y una declaración. El hecho es que Cienfuegos llega a México como un ciudadano en libertad y como tal se fue a su casa, La declaración es que será juzgado en México y que no habrá impunidad; en el mismo aeropuerto y de manera formal se hizo del conocimiento del sujeto que la Fiscalía General de la República abrió una carpeta de investigación en su contra y que deberá estar a disposición para ser citado. Hasta aquí el transcurso de la obra en suspenso. La pelota está en la cancha del procurador Alejandro Gertz Manero a quien el presidente Andrés Manuel reconfirmó la plena confianza.

          El suspenso no tiene calendario ni programa de solución. La  impunidad sería un suicidio, sentenció Marcelo Ebrard con el aval presidencial; sería un suicidio para el régimen de la Cuarta Transformación, lo sería para las relaciones con Estados Unidos y lo sería también para el prestigio de los altos mandos militares. Sobre esta materia mi única preocupación es que el general Cienfuegos se aplique la pena máxima y se quite la vida o que alguien le haga el servicio de asesinarlo. Lo primero llevaría a una tremenda frustración social, lo segundo armaría un desmadre superlativo. Habrá que ponerse especial atención en esta materia y establecer una guardia muy estricta en prevención.

          Para terminar quiero referirme a Gertz Manero. Muy poca gente de la que opina tiene idea de la hazaña que el fiscal está realizando, suponen que las cosas son como las cárceles de kermess a las que jugábamos de niños; que basta con saber que fulano cometió un delito para meterlo tras las rejas, siempre será necesario probarlo fehacientemente, si así no fuera todos estaríamos en absoluta indefensión y sujetos a la invención de delitos. Una carpeta de investigación y la solicitud de una orden de aprensión equivalen a la construcción de un edificio en el que cada ladrillo tiene su lugar. No es cualquier cosa y ya son varios los debidamente detenidos y en proceso ante los juzgadores. Vaya mi deseo de éxito al trabajo del fiscal. México se lo reclama y se lo deberá reconocer.

 

 

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