Periodistas entre la precariedad y la violencia

Miguel Ángel León / Pie de Página / IPS
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Xalapa, Veracruz. Julio Valdivia, un periodista mexicano del estado de Veracruz  que escribía en el diario El Mundo, fue hallado sin vida la tarde del miércoles 9 de septiembre, en el municipio de Tezonapa. El reportero fue arrojado por sus victimarios sobre las vías del tren.

Valdivia escribía sobre la crónica roja en la zona limítrofe de Veracruz y el estado de Oaxaca, sobre el oriental golfo de México. Autoridades estatales confirmaron que recibió amenazas en meses pasados. El reportero deja dos hijas en la orfandad.

El crimen de Julio Valdivia significa el número 25 contra periodistas en Veracruz en los últimos ocho años, de acuerdo con la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (CEAPP). Es el tercer periodista asesinado en Veracruz durante la administración del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, del gobernante Movimiento de Renovación Nacional (Morena).

Reportear en territorio narco por 43 dólares a la semana

Julio Valdivia cubría la crónica roja por un sueldo de mil pesos semanales (unos 43 dólares, un peso equivale a 0.47 dólares). A bordo de su motocicleta, atendía durante las madrugadas asesinatos y secuestros en una región donde, a decir de reporteros, la agenda “la dicta la delincuencia organizada”.

El cuerpo de Valdivia fue encontrado la tarde del 9 de septiembre sobre las vías del ferrocarril en el municipio de Tezonapa, donde también vivía. Sus victimarios lo decapitaron. Su motocicleta fue abandonada sobre un riel; y su cabeza la arrojaron a 10 metros de distancia, sobre la gravilla de ese lugar.

Compañeros de Julio, apodado El Tigre del Norte por un mechón de canas que se asemejaba al de un músico de una agrupación norteña, compartieron que, al igual que ellos, desde hace seis meses trabajaba en El Mundo de Córdoba por un sueldo de 1 000 pesos semanales, por decisiones de esa empresa.

“Antes era peor, porque pasaban quincenas sin que nos pagaran. Hace seis meses, con la llegada de un nuevo directivo, él se comprometió a darnos sólo la mitad de nuestros sueldos (mil pesos). Lo demás, nos prometió, nos lo darían cuando la situación mejorara”, dijo un reportero que pidió el anonimato.

De acuerdo con un reporte de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, realizado en 2017, en un contexto de “extrema inseguridad”, un reportero veracruzano percibe 100 pesos diarios, es decir, 23 pesos por debajo del salario mínimo actual. Julio Valdivia, en promedio, no ganaba más de 66 pesos por día.

Ana Laura Pérez Mendoza, presidenta de la CEAPP, explicó que, derivado de un levantamiento de 117 encuestas en diferentes municipios de Veracruz, los reporteros respondieron percibir entre 3 mil y 5 mil pesos mensuales; “el 58 por ciento no goza de prestaciones laborales y el 60 por ciento no tiene vivienda propia, algunos de ellos hasta con 10 años de trabajar en medios”, dijo.

Julio, refirieron sus compañeros, trabajó en años pasados en el periódico El Buen Tono, donde las condiciones salariales eran “peores” que las actuales. Para complementar sus ingresos, vendía el diario impreso para ganar una comisión (no más de dos pesos por ejemplar).

Pero esas condiciones laborales de Valdivia no era todo en su día a día. “En esta región es la delincuencia organizada. Ellos te dicen qué se puede publicar. Es muy difícil trabajar así”, agregaron los reporteros entrevistados.

De nuevo, Veracruz

Veracruz es considerada la región más peligrosa para la prensa en América Latina, según un informe de la organización internacional Reporteros Sin Fronteras.

Durante los últimos ochos años 25 periodistas de Veracruz fueron asesinados. En tanto, en el gobierno de García Jiménez ya suman tres crímenes: Celestino Ruiz Vázquez, corresponsal del Gráfico de Xalapa, acribillado el 2 de agosto en Actopan; María Elena Ferral Hernández, corresponsal del Diario de Xalapa, acribillada el 30 de marzo en Papantla, y ahora Julio Valdivia Rodríguez.

En esas condiciones, Valdivia estaba pendiente las 24 horas del día, al igual que muchos otros reporteros de crónica roja, para cubrir eventos delictivos en los municipios de Tezonapa, Motzorongo; Acatlán de Pérez Figueroa y Cosolapa, estos últimos municipios oaxaqueños.

En esta región fronteriza, entre Tezonapa y Cosolapa, a lo largo de 2020 ha dejado una estela de inseguridad que cobró la vida de al menos 15 personas. Allí se registraron enfrentamientos entre grupos de la delincuencia organizada y elementos policiacos, asesinatos de líderes cañeros, de campesinos y un multihomicidio, en este hecho murieron cuatro personas, entre ellos dos menores de edad.

En ese contexto, reporteros encargados de la nota roja son obligados a cubrir eventos violentos, aseguraron los mismos comunicadores. Un hecho al cual Julio Valdivia habría sido presionado a dar voz se registró el 6 de enero. Un grupo de la delincuencia organizada entregó juguetes a menores, con motivo del Día de Reyes, y la instrucción fue presumir la acción de esa célula delictiva en sus medios.

El reparto de juguetes ocurrió, de manera simultánea en Tezonapa, Córdoba, Fortín, Orizaba, Ixtac, Huatusco, Omealca, Cuichapa, Amatlán, Camerino Z. Mendoza, Río Blanco, consta en publicaciones de diarios con proyección estatal y nacional.

Tres periodistas asesinados en la frontera de Oaxaca y Veracruz

Además del crimen de Julio Valdivia, otros dos reporteros veracruzanos fueron asesinados en los municipios fronterizos de Tezonapa y Cosolapa. El primer crimen ocurrió el 11 de agosto de 2014. La víctima, Octavio Rojas Hernández, corresponsal del periódico El Buen Tono en Oaxaca, asesinado afuera de su casa, en Cosolapa.

De acuerdo con reportes periodísticos, “el asesino llegó hasta la puerta, tocó y preguntó al comunicador por el precio de un automóvil Ford Topaz que tenía en venta, y al tenerlo cerca le disparó a quemarropa con su pistola”.

El periodista, quien también fungía como vocero del ayuntamiento de Cosolapa, recién había regresado a su domicilio después de su jornada laboral.

Entre sus últimas colaboraciones, Rojas cubrió la captura de una banda dedicada al robo de huachicoleros en Tuxtepec, Oaxaca, y la presunta relación del grupo delictivo con Fermín Vanegas Hernández, director de la policía de Cosolapa.

Un año más tarde, el 3 de mayo de 2015, Armando Saldaña Morales, también reportero de El Mundo y la estación La Ke Buena, fue privado de su libertad cuando acudió a cubrir un mitin político del entonces dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, en Córdoba, Veracruz (a 50 kilómetros de Cosolapa).

Horas más tarde, ya del 4 de mayo, el hombre de 53 años de edad fue hallado sin vida en un paraje de Cosolapa, entre los ranchos Morelos y La Aurora. Los peritos determinaron que el reportero fue torturado y recibió cuatro disparos en la cabeza.

La seguridad prometida no llegó

En febrero de este 2020 los gobernadores de Veracruz, García Jiménez, y de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, sostuvieron una reunión en el municipio de San Juan Bautista Tuxtepec, en la que firmaron un plan de acción para combatir la violencia en la región colindante entre ambos estados.

Ambos gobernadores detallaron que se acordó reforzar la presencia de elementos de seguridad de las corporaciones estatales, así como recibir el apoyo de personal de las fuerzas federales que se desplegarían en la región.

Los municipios oaxaqueños en donde se desplegaría la estrategia fueron: San Juan Bautista Tuxtepec, San Felipe Jalapa de Díaz, San Miguel Soyaltepec, Loma Bonita, Acatlán de Pérez Figueroa, Huautla de Jiménez, San Pedro Ixcatlán y San Juan La lana.

Mientras que en Veracruz el despliegue de seguridad se reforzaría en: Tierra Blanca, Playa Vicente, Sayula de Alarcón, Santiago Xochiapa, Jesús Carranza y Tezonapa.

El gobernador Cuitláhuac García Jiménez informó en ese momento que la Secretaría de la Defensa Nacional sería la institución encargada de vigilar el cumplimiento del acuerdo alcanzado, así como de la certificación de las policías municipales.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando visitó Tezonapa en 2018, todavía como candidato a la Presidencia, prometió acabar con la violencia en el país en una entrevista previo a encabezar un mitin de campaña.

“No es Siria, pero sí son muchas víctimas, asesinatos diarios en todo el país. Ahora se informa más, pero no se alcanza a saber de todos los horrendos asesinatos en las regiones de México”, dijo entonces el presidente desde diciembre de 2018.

 

Este reportaje fue publicado originalmente por Pie de Página, de la mexicana red de Periodistas de A Pie.

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