¿Existe la inmunidad de rebaño?

Arturo Sandoval
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Esta enfermedad se propaga como un incendio y lo que uno hace no cambia demasiado. Todos se van a contagiar el virus. Todos en el mundo al final. Ahora estamos descubriendo que casi todos los que se contagian tienen pocos síntomas. Se creía que era el 50%, pero la verdad es que probablemente sea el 98 por ciento”. Infectólogo sueco Johan Giesecke.

Nada, que hoy todos quisiéramos pertenecer a un rebaño, aún los más rebeldes lo desean, los ricos darían gran parte de su fortuna por pertenecer  a ese conglomerado de inmunidad de rebaño, sin ser ese grupo de políticos privilegiados  quienes sexenio a sexenio saltan de partido a partido para estar en el rebaño de dueños del fuero en el Congreso o en puestos públicos para garantizar su inmunidad e impunidad al virus de la justicia.

La Cuarta Transformación empieza a limpiar su granja, ya “atropelló con un pesado tráiler” a Enrique Bonilla, a Yeidckol Polevnsky la tiene congelada, Carlos Urzúa se fue de puntitas, Olga Sánchez Cordero es invisible, Sanjuana Martínez se aprieta la soga cada día ella misma, Manuel Bartlett cabecea los golpes y va nadando de muertito con su “chu chu chu”, Miguel Barbosa casi a diario dice “barbosadas” para convertirse en piedra en el zapato de Morena.

Pero si hay algo seguro respecto a covid-19, es que no hay nada seguro, incluso la existencia de una inmunidad de rebaño. Así lo muestra el caso de Suecia, país donde en estos momentos la tiene alrededor de 365 muertos por millón de habitantes, cifra más elevada al de sus vecinos como Noruega con 43 por millón, Finlandia con 54 por millón o Dinamarca 94 por millón, todos ellos impusieron un confinamiento total. La diferencia es por apostar a la inmunidad de rebaño y poner medidas casi nulas en los protocolos de prevención al coronavirus por el gobierno sueco. Se esperaba en Estocolmo el desarrollo de la inmunidad en 40% de sus habitantes para fines de mayo. Hasta ahora en ningún país alcanza el umbral ideal de 60% de infectados con desarrollo de anticuerpos, pero sin síntomas graves, aunque algunos hospitalizados y dados de alta, se prestan para donar sangre para usar plasma con anticuerpos en otros enfermos graves, por estar probado el éxito en algunos. México tiene alrededor de 42 muertos por millón en este momento, muy parecido a Noruega, pero puede haber diferencia en los tiempos de las etapas.

La economía no disminuye demasiado sus daños si se sigue el ejemplo de Suecia, debido a las cadenas de producción. No sirve de mucho seguir fabricando partes para autos, producción de alimentos, zapatos, ropa, cosméticos y otros productos de exportación, si en los otros países no hay venta ni fabricación del producto final y la gente sólo gasta en lo esencial.

Es posible una segunda oleada de contagios en cualquier país, si llegase en Suecia, se verá si realmente existe la inmunidad de rebaño y su índice de contagios sea disminuido significativamente.

Virólogos alemanes del  Instituto Koch, tachan de ingenuo, dejar que el virus corra para lograr la inmunidad del rebaño, por no ser seguro poder controlarlo. No saben que tan inmunes serán las personas que se recuperen de covid-19. Se inclinan por la pronta creación de la vacuna y evitar que hasta 80% de la población se contagie del virus. Convocan a mantener plana la curva de contagios por medio de una confinación larga. Hugo López-Gatell opta por esto y los resultados se verán paulatinamente.

Nils Anders Tegnell, el epidemiólogo sueco, con funciones parecidas a López-Gatell en su país, pronostica la permanente vida del virus y declara: “No creo que nosotros o ningún país del mundo alcance la inmunidad de grupo en el sentido de que la enfermedad desaparezca, porque no creo que sea una enfermedad que vaya a desaparecer”.

Así queda el sentimiento flotando en un vacío en el estómago, de que todos en algún momento nos vamos a infectar de covid-19; este mes, o en el trascurso del año, quizás el próximo año. No queda otra: esperar meses la vacuna, cambiar de hábitos para hacer ejercicio, comer más sano y equilibrado hasta donde el dinero alcance; pero, mire: ve usted el precio de una bolsa de papas fritas altas en colesterol y sodio o un pastelito de Bimbo cargado de azúcar y vea cuánto puede comprar de jitomate o pollo con lo que se gasta en comida chatarra causante de diabetes, hipertensión, males coronarios y obesidad, todos cómplices en las muertes por covid-19 y otros virus; también sin estos virus. Solamente las muertes por diabetes en México alcanzaron más de 100 mil por año. La obesidad en México pasó de 71.3 a 75.2% entre 2012 y 2018, según encuesta del INEGI. Uno de cada tres mexicanos mayores de edad padece hipertensión arterial, enfermedad crónica degenerativa cardiovascular que registra 7 millones de casos y provoca más de 50 mil muertes al año, informa  el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Hasta 80 por ciento de la población en México podría padecer de hígado graso, según la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer. Hasta 200 personas en México mueren cada día por infarto agudo al miocardio. Tanto en México como a nivel mundial, la enfermedad cardiovascular constituye la principal causa de muerte en las tablas de mortalidad y El país registra más de 141 mil muertes anuales por enfermedad cardiopulmonar, de acuerdo al INEGI, por encima de muertes relacionadas con diabetes, cáncer y enfermedades del hígado ¿Cuántas de las personas fallecidas en México por covid-19, llegaron a terapia intensiva con alguna de estas enfermedades y en qué grado?

Durante 2018, el 88.4% (638,862) de las defunciones se debieron a enfermedades y problemas relacionados con la salud (INEGI).

 

 

Un lugar para una cuarentena feliz: Abraj al Bait

Arturo Sandoval
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“¡Salven el reloj de la torre! ¡Salven el reloj de la torre! El alcalde ha iniciado una campaña para cambiar el reloj. Le cayó un rayo hace 30 años y lo paró. El grupo de conservadores quiere mantenerlo igual. ¡Es parte de nuestra historia!”.  De la película Regreso al futuro… ¿alguna coincidencia?

En esta época, ya nada nos impresiona mucho, veo algo maravilloso por su tamaño, su belleza y su significado religioso: el reloj de torre más grande y alta del mundo con cuatro caras donde su minutero de fibra de carbono solamente mide 23 metros de largo y el diámetro de cada cara es de 43 metros. Es 35 veces más grande que el Big Ben de Londres. La torre es parte del complejo hotelero Abraj al Bait para albergar solamente a 2 millones de huéspedes al año, que viajan al lugar religioso de La Meca. El Mecca Clock Fairmont Hotel, refleja la gran hospitalidad en la Capital Santa, los servicios son los primeros de su tipo. Tiene un club de salud totalmente equipado con tecnología última generación para hombres y mujeres, satisface la necesidad de relajarse o mantener el sistema deportivo diario. El club de salud para mujeres incluye un espacio para niños, equipado con una variedad de juegos de acción y electrónicos, y una biblioteca. El precio de hospedaje por día está alrededor de 4 mil dólares en habitación normal. Un suite, un “poquito” más caro.

El increíble reloj de su torre

La fabricación de los engranes, carátula y maquinaría del reloj en Alemania, donde cada pieza pesa cientos de kilos, hasta sumar 35 toneladas, está en la larga lista de sorprendentes cosas de esta torre con su reloj. Claro, no falta el oro, sí oro de 24 quilates en 100 millones de pequeños mosaicos cubiertos de cristal pegados en las partes doradas del reloj y en la superficie de fibra de vidrio de la simbólica media luna de 23 metros de alto, en la cúspide de la torre sobre una aguja de 93 metros de alto, para darle la máxima elevación en los picos de la luna de 601 metros. Ahí dentro de la media luna se ubica un sitio especial de oración donde sólo elegidos entran y según sus creencias las oraciones en ese lugar tienen una importancia 100 mil veces mayor que en otro lugar. Por cierto, el reloj está a 450 metros de altura. En realidad cualquiera de los 10 principales millonarios del mundo podrían haber construido un complejo así, por tener un costo de 16 mil millones de dólares. Mexicanos, sólo uno, pero quizás el año que viene, otro alcance una suma así. Ahí suben y bajan potentados empresarios de todo el mundo en sus 96 elevadores, decenas de escaleras eléctricas y disfrutan de la plaza comercial más grande del planeta, de cinco pisos con lujos no para cualquier rico.

En la noche el reloj se ilumina con 21 mil lámparas blancas y verdes alimentadas con 2 millones de focos led, para hacer visible a la torre a 30 kilómetros a la redonda. O sea como de Tres Marías a Coyoacán.

Claro, no falta un museo: el Museo de la Torre del Reloj con una colección de maquetas y estructuras sobre las galaxias.

Las expectativas del príncipe Mohamed bin Salmán de llevar a 30 millones de peregrinos a este lugar durante 10 años, se ve difícil en la próxima nueva normalidad después de la pandemia de este 2020.

En esa parte de Arabia Saudita hay fuertes vientos con cientos de kilos de fuerza, también tormentas de arena y de lluvia, lo cual daría un poco de temor subir a esa media luna, pero los ingenieros y técnicos fabricaron cada parte incluyendo las del reloj, para que duraran siglos.

Nota: Paradójico, quizás: pero éste y todos los relojes avanzan, a pesar que el tiempo se detiene por un virus.

 

 

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