Floyd, Giovanni, Alfaro, los Fernández, BOA, Monreal,
el glisofato, el “presidente comunista”, Anabel y Barbie

Gerardo Fernández Casanova
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La protesta por el vil asesinato de George Floyd a rodilla de la policía de Minneapolis USA, recorre el mundo entero. En México se agrega la correspondiente por la muerte de Giovanni López, un albañil de treinta años que deambulaba sin tapabocas, en un municipio del estado de Jalisco, que se recrudece por el hecho de que se pretendió ocultarlo durante casi un mes por la autoridad, incluido el alopécico troglodita que desgobierna el estado; en este caso al movimiento de la protesta ha seguido una secuela de dislates declarativos y una brutal represión del gobierno estatal.

De igual manera se han registrados abusos de policías locales en varias entidades. Pareciera una pandemia de violencia policiaca, pero en realidad es sólo que la movilización mundial ha hecho visibles casos que antes eran soslayados. La violencia policiaca ha estado presente por mucho tiempo, asociada al narco o a depredadores del ambiente (mineras, talamontes, etcétera) y lo seguirá estando en tanto que las autoridades civiles corruptas las sigan auspiciando y tolerando. El año próximo habrá elecciones en 15 estados, ojalá Morena se afane en postular candidatos honestos y, así, capitalizar nuevamente el fenómeno Andrés Manuel López Obrador.

            De aquí paso a referirme al ambiente político ya muy agitado a un año de las elecciones intermedias. Quienes se oponen al régimen transformador del actual gobierno hacen hasta lo indecible por desprestigiarlo y hasta cometen barbaridades como la del dirigente del Partido Acción Nacional que, en su desmesurada estupidez, “exige” tener mayoría en la próxima legislatura; quién será el destinatario de tal demanda que no sea el pueblo soberano, ni modo que sea AMLO el que fraudulentamente se la otorgue. Por cierto que la BOA anda suelta y “el que no la baile, ya sabe, ya sabe”, como Bloque Opositor Amplio; yo creo que más que amplio ha de ser ancho, afectado de la obesidad y obsolescencia de sus integrantes, con anacrónicos temas de la Guerra fría que acusan a López Obrador de comunista y otras linduras por el estilo. Así, cuándo.

         Esto me lleva a la Argentina de los Fernández (Alberto y Cristina) sometidos al mismo estilo de desvergüenza neoliberal. Ahora lo atacan por intervenir en una empresa del agronegocio monoproductor de soya que tramposamente cayó en quiebra, siendo la banca estatal de desarrollo el principal acreedor; pretenden ser rescatados al  estilo Fobaproa con dinero del pueblo. Alberto Fernández la va a rescatar pero por vía de la nacionalización, “el muy pinche comunista”.

          Regresando a México, los negociantes del sector eléctrico se aferran a mantener el régimen de privilegios que, mediante contratos aberrantes, le otorgaron los gobiernos del neoliberalismo. Insisten en eliminar a la empresa del estado para seguir gozando de la libertad de exprimir al pueblo de México con sus garantizadas y pingües utilidades. Se vendrá una tormenta judicial y el gobierno se apresta a librarla. Será una más en el espinoso camino de la transformación que esperamos ganar. El mandato popular es claro y a ello habrá que atenerse.

          En el mismo campo de batalla, el Consejo Nacional Agropecuario, reducto del gran agronegocio neoliberal y descampesinizador, levanta su bandera de lucha contra la prohibición de la importación y uso de glifosato, ingrediente esencial de los cultivos transgénicos y del envenenamiento del campo mexicano. Nuevo campo de batalla de la transformación, en este caso encabezado por el eficaz secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Manuel Toledo Manzur.

          En otro medio se levantan las voces opositoras. Ricardo Monreal, dirigente de la mayoría morenista en el Senado, presenta una iniciativa para aglutinar en uno de los tres más conspicuos organismos reguladores: el de la competencia, el de telecomunicaciones y el de hidrocarburos, en términos de reducir el aparato burocrático pero, aunque se niegue, para recuperar para el Estado la conducción de la política económica. Requiere mayoría calificada del Senado por lo que tendrá que hilar muy fino para lograrlo. Es muy importante.

          La periodista Anabel Hernández, acuciosa y valiente investigadora de la corrupción narcopolítica, destapa las declaraciones del famoso Barbie, detenido y procesado en USA, por las que nos enteramos que fungía como narco y como funcionario de la DEA. Sus declaraciones, hoy desclasificadas, desnudan al régimen de Felipe Calderón como orquestador de esa actividad delicuencial. Y así pretenden ser opositores al gobierno de la Cuarta Transformación. Increíble pero cierto.

 

 

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