La política energética de AMLO inquieta
a los mayores inversionistas extranjeros

Pablo Cabañas Díaz
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I. La producción de petróleo en el 2019 cayó 4%, mientras los ingresos también sufrieron una contracción de 16%, respecto del 2018. Como consecuencia, el flujo de capital fue negativo en 8 mil 200 millones de dólares durante el 2019, de seguir en línea esta tendencia  las emisiones de Petróleos Mexicanos se irían al terreno de los bonos basura o especulativos. Estos resultados revelan que hay un agotamiento de los campos petroleros, que no invirtieron para darle viabilidad en el mediano plazo a la empresa, y que el plan de producción de Pemex que buscaba explotar 40 campos prioritarios, no se ejecutó; es más, que sólo cuatro resultaron productivos. El total de los pasivos de Pemex, que incluyen deudas de corto y largo plazo, impuestos y derechos, así como pasivos laborales, ascienden a 206 mil 236 millones de dólares, 10% más que el cierre del año anterior. En cambio, la deuda financiera total disminuyó 4.8% comparada con el cierre de 2018, al situarse en 105 mil 200 millones de dólares.

Es en este contexto, que los compromisos de Enrique Peña Nieto con las empresas petroleras son un factor de inestabilidad para la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. El expresidente a lo largo de su sexenio explotó la leyenda negra de Pemex, pero al paso del tiempo se le revirtió su  campaña mediática. Es importante hacer mención que en el paquete de la reforma energética, las leyes secundarias establecieron las especificidades sobre los cambios fundamentales a la Constitución. El transitorio 5º del Decreto de la Reforma es muy importante, pues establece que los particulares podrán reportar para efectos contables y financieros la asignación o contrato correspondiente y sus beneficios esperados.

Las presiones financieras derivadas del transitorio 5º es uno de los mayores riesgos que enfrenta Pemex, la petrolera más endeudada del mundo con compromisos de alrededor de 100 mil millones de dólares y ésta es que las calificadoras estadunidenses Moody’s y Standard & Poor’s bajen la nota crediticia a Pemex tal y como lo hizo Fitch el año pasado. Esto provocaría, en primera instancia, que la petrolera pierda el grado de inversión y pase a considerarse “de grado especulativo”, y en segunda, el encarecimiento del financiamiento que pida en adelante, pues esta nueva condición implicaría que sería más riesgoso prestarle dinero. Lo que sería el peor escenario para el gobierno federal y el mejor para los acreedores.

Desde 2013, se asignaron concesiones a 70 petroleras privadas. Los conflictos de intereses que existen en esas concesiones son de tal magnitud que se van convirtiendo en un factor de riesgo para la estabilidad política y financiera del país. El poder de las grandes petroleras, se pudo apreciar en la cumbre llamada “México y su banca: protagonistas en el nuevo orden económico internacional” y que tuvo lugar en Acapulco, Guerrero, el 10 y 11 de marzo de 2016. En esa ocasión Peña Nieto estuvo acompañado por uno de los arquitectos de la privatización de Petróleos Mexicanos, George Friedman, fundador y director de Geopolitical Futures; del general David Petraeus, exdirector de la CIA y de Robert Zoellick, expresidente del Banco Mundial. El moderador fue Jaime Serra Puche, presidente del Consejo de Administración de BBVA Bancomer. La clausura fue realizada por el CEO de Black Rock, Larry Fink quien posee fuertes intereses en Pemex y en lo que fue el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

La Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos, que representa los intereses de las petroleras, expresó su opinión acerca de la decisión de la Comisión Nacional de Hidrocarburos de cancelar las rondas 3.2 y 3.3, y diferir por seis meses las asociaciones con Pemex, a solicitud de la Secretaría de Energía. “Esperamos que el gobierno de la república reconsidere su decisión de cancelar las rondas de 3.2 y 3.3, así como de posponer las asociaciones de Pemex (farmouts), pues creemos que con ellas, el país puede seguir contando con mecanismos idóneos para alcanzar los objetivos de producción que se ha planteado la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador”.

En el plan quinquenal de licitaciones petroleras 2015-2019 que formuló el gobierno de Peña Nieto quedaban por concursar recursos prospectivos que equivalen a 1.5 veces las reservas totales del país. Con la cancelación de convocatorias para nuevas licitaciones petroleras durante los próximos tres años, así como de las rondas 3.2 y 3.3 pendientes, se dejarán sin ejecución siete rondas en un total de 169 campos con recursos prospectivos por 1.5 veces las reservas totales del país.

Con las cancelaciones quedaron sin licitarse 39,536 millones de barriles de petróleo crudo equivalente en recursos prospectivos a extraerse, volumen que equivale a 1.5 veces las reservas totales (probadas, más probables, más posibles) de México. En cuanto al territorio asignado, 29% de lo dispuesto para licitarse, que son 87,038 kilómetros cuadrados, con lo que la cancelación de las rondas por tres años dejó 213,093 kilómetros. Los que se encuentra en juego tiene una expresión financiera, política y de impacto territorial pocas veces vistas en nuestro país. ¿Qué presiones van a ejercer estos poderosos grupos una vez que los planes de Pemex no sean acordes a sus intereses?

La producción de petróleo en el 2019 cayó 4%, mientras los ingresos también sufrieron una contracción de 16%, respecto del 2018. Como consecuencia, el flujo de capital fue negativo en 8 mil 200 millones de dólares durante el 2019, de seguir en línea esta tendencia las emisiones de Pemex se irían al terreno de los bonos basura o especulativos. Estos resultados revelan que hay un agotamiento de los campos petroleros, que no invirtieron para darle viabilidad en el mediano plazo a la empresa, y que el plan de producción de Pemex que buscaba explotar 40 campos prioritarios, no se ejecutó; es más, que sólo cuatro resultaron productivos. El total de los pasivos de Pemex, que incluyen deudas de corto y largo plazo, impuestos y derechos, así como pasivos laborales, ascienden a 206 mil 236 millones de dólares, 10% más que el cierre del año anterior. En cambio, la deuda financiera total disminuyó 4.8% comparada con el cierre de 2018, al situarse en 105 mil 200 millones de dólares.

II

En este escenario, la nueva refinería de Dos Bocas ubicada en el municipio de Paraíso, Tabasco, tiene un retraso que en el mejor de los casos operaría en 2027. Los números están tan fuera del cronograma que incluso varias empresas internacionales declinaron las invitaciones para trabajar en la obra, a los tiempos y la premura del proyecto, se le suma la crisis de pagos a proveedores de Pemex lo que genera en el mercado internacional desconfianza. Se ha estimado que la nueva refinería, tendrá un costo de inversión aproximado de 8 mil millones de dólares, aunque en un informe del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) se indica que dicho costo podría ser de 15 mil  millones de dólares. Lo cierto es que hasta ahora, ningún país del mundo ha logrado construir una refinería de gran escala en tres años. Aún en el caso de que la actual administración logre terminar de construir la refinería de Dos Bocas en el año 2024 como se tiene programado y en ese mismo año comenzara sus operaciones, sería hasta el año 2044 cuando dicha refinería podría comenzar a reportar posibles ganancias monetarias.

El Instituto Mexicano para la Competitividad creó un modelo financiero de la refinería, el cual sometió a una simulación Montecarlo para estudiar 30 mil escenarios de Dos Bocas. El análisis concluyó que en 98% de los escenarios, el proyecto de inversión en la refinería de Tabasco “genera más costos que beneficios. Es decir, destruye valor para Pemex. De acuerdo con Rocío Nahle, el costo total del proyecto se estima en 8,134 millones de dólares, de los cuales 4,587 serán para la construcción de las plantas; 2,191 para servicios auxiliares; y 1,300 millones de dólares para el acondicionamiento y planificación.

El proyecto fue divido en seis paquetes de licitación para construir las plantas de proceso, de los cuales ya fueron adjudicados cinco.

El primer paquete fue para la compañía ICA-Fluor Daniel, con un monto de ingeniería de detalle de 50 millones 458 mil dólares y un monto integrado (con construcción, material y equipo) de 1,705 millones de dólares, y una integración nacional requerida del 96 por ciento.

El segundo paquete fue para Samsung Engineering, con un monto de 84 millones 961 mil dólares, integrado de 1,789 millones de dólares, con componentes nacionales del 50 por ciento.

El tercer paquete también fue adjudicado a Samsung Engineering con un monto de 57 millones 807 mil dólares, integrado de 1,410 millones, y con un requerimiento del 50% de integración nacional como mínimo.

El cuarto paquete quedó para la empresa KBR, Kellogg Brown & Root, por un monto de ingeniería de 77 millones 367 mil dólares, e integrado de 351 millones 448 mil dólares, y un requerimiento del 79.5% integración nacional.

El quinto paquete no había sido licitado, porque se trata de una tanquería para el almacenamiento, “y eso lo vamos a sacar para finales de este año y será para puras empresas nacionales que se dedican a hacer tanques, son muchos tanques”, según Rocío Nahle.

El sexto paquete, considerado el más importante debido a que lleva la integración de toda la refinería, fue adjudicado también a la compañía KBR.

De acuerdo con Rocío Nahle, en total por los seis paquetes “da un total de 7,508 millones de dólares”.

Desde una perspectiva exclusivamente financiera el proyecto de la refinería de Dos Bocas no es factible en el escenario de que para el 2044 en que pudiera comenzar a reportar ganancias monetarias, posiblemente en esos años se consolide la tercera revolución energética mundial y el petróleo haya sido desplazado como principal fuente de energía para que su lugar sea ocupado por las energías renovables. La inyección de recursos públicos a Pemex para reducir su vulnerabilidad financiera y permitirle incrementar sus inversiones, implica un esfuerzo fiscal no exento de  costos de oportunidad. Así, los recursos públicos que se destinen a profundizar el saneamiento de las finanzas de Pemex, y a permitirle una mayor actividad en la exploración y extracción de hidrocarburos, dejan de destinarse a otros rubros de impulso del desarrollo y bienestar en México, el resultado hasta ahora es el de una pérdida constante que se habrá de agravar con el atraso en la construcción de Dos Bocas.

El 30 de enero de 2019 se presentó una controversia respecto a la opinión del IMP sobre el proyecto de la refinería de Dos Bocas. En un principio, se dio a conocer que el IMP consideraba que el proyecto de dicha refinería no generaría beneficios, sino hasta después de 20 años de entrar en operación. El IMP consideraba que el proyecto requeriría un año de planeación y cuatro de construcción, contario a los tres años en total que la Secretaría de Energía estima que tomaría. Ningún país del mundo ha logrado construir una refinería de gran escala en tres años. La falta de planeación llevó a eliminar la vegetación existente dentro de las 566 hectáreas que abarca el terreno donde será construida la refinería de Dos Bocas.

Cabe destacar que el terreno donde se planea construir la refinería está rodeado de manglares, y es un área proclive a las inundaciones. Además  es una zona inundable que forma parte del Delta del río Grijalva;  en la que hay una fuerte erosión costera en esa zona, y que se debe tener en cuenta la subida del mar que se está acelerando por el deshielo en el Ártico. Aunado a lo anterior, las refinerías de gran escala son unas de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, y, por ende, también uno de los factores asociados a la actividad humana que más contribuyen al calentamiento global. Un proyecto como el de la refinería de Dos Bocas complicaría aún más que México alcance compromisos internacionales adquiridos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

III

El poder real de las petroleras en México se empieza a manifestar de manera cada vez más abierta. BlackRock se hizo del control directo e indirecto de cinco proyectos de infraestructura energética, entre ellos Los Ramones, y seis bloques de exploración petrolera entre 2015 y 2017. El control se estableció a través de una compleja estructura corporativa que pasa por múltiples paraísos fiscales y de instrumentos de inversión (iShares) que sigue el comportamiento de acciones de 69 empresas en la Bolsa Mexicana de Valores –a través de replicar índices bursátiles– lo que la hace la inversionista más grande del mercado bursátil mexicano.

Con sus iShares, BlackRock no participa en ninguna junta directiva, pero es el actor central de todo el mercado bursátil. “BlackRock es un consejero de gran confianza”, así definió Luis Videgaray a la empresa estadunidense, cuando Peña Nieto y su gabinete se reunieron con sus directivos en junio de 2015. A las concesiones de exploración hechas en el sexenio pasado, se les dará tres años para que produzcan su primer barril de petróleo. Sierra Oil and Gas, que fue adquirida en diciembre de 2018 por la alemana DEA Deutsche Erdoel, inversión que incluye su participación en el descubrimiento de crudo Zama, en el Golfo de México. DEA espera que el acuerdo se cierre en la primera mitad de 2019. En Sierra Oil está Jerónimo Gerard, cuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari. Gerard creó la empresa mexicana Infraestructura Institucional, para después ir de la mano con los dos fondos de inversión más grandes del mundo, EnCap Investments y BlackRock para crear Sierra Oil & Gas. Con inversiones menores, se encuentran Ramiro Garza Cantú, de Grupo R, y Carlos Slim, con Carso Energy.

Otras empresas son Talos y Premium con dos fondos de inversión, BlackRock y Riverstone. Jaguar, una empresa que ganó seis bloques en la Ronda 2.3. Jaguar pertenece a Grupo Topaz, un fondo de inversión que dirige Dionisio Garza Sada, hijo de Dionisio Garza, expresidente de Grupo Alfa. Está asociada con la canadiense Sun God. En uno de los bloques se dio el gusto de ganar el desempate a Carso Oil and Gas, una empresa de Carlos Slim. La apuesta de Alberto Baillères en hidrocarburos se llama Petrobal. En asociación con Fieldwood Energy, ganó la cuarta área en la Ronda 1.2, que comprende dos campos de aguas someras con 265 millones de barriles en reservas. Tienen proyectada una inversión de 170 millones de dólares.

Grupo Alfa, su filial Newpek, ganó dos campos para producir gas húmedo en Tamaulipas, en asociación con la texana Verdad. La mayor productora de petróleo, después de Pemex, es Grupo Diavaz, fundada por los hermanos Luis y Óscar Vázquez Sentíes en 1973. Tiene presencia en 13 estados y ganó un campo en la Ronda 1.3. En Diavaz, el fondo Evercore, donde participa Pedro Aspe, es dueño de 20 por ciento. Las empresas petroleras con intereses en México esperan que el gobierno mexicano reconsidere la decisión de cancelar dos rondas de licitación y diferir las asociaciones con Pemex, debido a que estos mecanismos son “idóneos” para que el gobierno mexicano alcance sus objetivos de producción.

En la última evaluación de 2018 del Plan Quinquenal de Licitaciones para la Exploración y Extracción de Hidrocarburos 2015-2019, la Secretaría de Energía todavía consideraba 169 campos petroleros para licitarse antes de concluir el 2019, de los cuales 31 se ubicaban en áreas convencionales, 64 en recursos no convencionales y los restantes 74 coincidían superficialmente con asignaciones de Pemex, por lo que tendrían sólo derechos de extracción. Los campos a licitarse abarcaban recursos en aguas someras, profundas y en tierra.

Es en este contexto que en la embajada de Estados Unidos estuvieron presentes los representantes de  la Unión Europea, Canadá y seis países europeos quienes sostuvieron conversaciones conjuntas para discutir sus preocupaciones sobre la política energética de México, en un contexto en el que el presidente  López Obrador se esfuerza por otorgar al Estado un papel más relevante en el sector.

Un encuentro diplomático inusualmente amplio es una muestra de cómo la actual política sobre energía, opuesta a la del gobierno anterior, inquieta a economías que tradicionalmente han sido algunos de los mayores inversionistas en México.

Los diplomáticos filtraron que los distintos gobiernos difieren sobre cuán abiertamente deberían comunicar sus quejas al mandatario mexicano, para que no sienta que lo están presionando y termine adoptando un enfoque más rígido.

Los detalles de lo que sucedió en la reunión no fueron claros de inmediato, aunque hubo una discusión sobre si hacerlo público o no, dijo una persona. Todas las fuentes hablaron bajo condición de anonimato, debido a la sensibilidad del asunto.

Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y seis países europeos más han mantenido conversaciones conjuntas sobre sus preocupaciones acerca de la política energética de México, dijeron fuentes a la agencia Reuters, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador busca un mayor papel del Estado en el sector.

 

 

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