Ética y negocio en el turismo accesible

Frank González / Prensa Latina
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Roma. Inspirado en la necesidad de crear ambientes, productos y servicios al alcance de todas las personas sin importar edad, género o discapacidad, cobra fuerza en todo el mundo el turismo accesible.

Los orígenes de esta modalidad se remontan a los años 80 cuando el turismo amplió sus horizontes a partir de la conjunción de factores asociados a nuevas oportunidades de negocios, propiciadas por el desarrollo económico y tecnológico, y a los procesos de inclusión social de las personas con discapacidad. Un hecho importante fue la aprobación de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CIDPD), aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 13 de diciembre de 2006.

La aprobación de ese instrumento contribuyó a fomentar conciencia sobre el fenómeno, al tiempo que lo instaló entre los temas priorizados en la lucha a favor de la defensa de los derechos humanos.

El propósito de la Convención, expresado en su primer artículo, es promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente.

Las personas con discapacidad, indica el texto, incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.

Un estudio clave para entender el problema fue el Informe Mundial sobre Discapacidad, publicado en 2011 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM) el cual reconoció la existencia de más de mil millones de personas afectadas por ese fenómeno. Esa cifra equivalía entonces al 15 por ciento de la población mundial, en la cual alrededor de 200 millones de seres humanos experimentaban dificultades considerables para funcionar.

En los próximos años, indicaron en el prefacio del informe la entonces directora general de la OMS, Margaret Chang, y el presidente del BM, Robert Zoellick, la discapacidad será una preocupación mucho mayor debido al envejecimiento poblacional, con el consecuente aumento de riesgos de sufrirla. A ese factor se une el incremento de padecimientos crónicos como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y problemas mentales, por lo cual, señala el texto, “la discapacidad es parte de la condición humana” y casi todas las personas serán afectadas temporal o permanentemente en algún momento.

Ante la gravedad de la situación, ambos directivos llamaron al empoderamiento de las personas con discapacidades y a la eliminación de las barreras que les impiden participar en la vida de sus comunidades, recibir educación de calidad, obtener empleos decentes y ser escuchados.

Al describir la discapacidad como un término “complejo, dinámico, multifuncional y cuestionado”, la investigación realizada por la OMS y el BM asumió ese enfoque bio-sico-social como su marco conceptual, a partir de la interacción dinámica entre las condiciones de salud y factores del contexto social. La discapacidad, por lo tanto, abarca “el deterioro físico de la persona, las limitaciones de actividad, restricciones de participación relacionadas con los aspectos negativos de la interacción entre un individuo con un padecimiento”  y  los factores ambientales y personales que lo rodean.

El turismo sostenible, un mercado atractivo

En el desarrollo del turismo sostenible intervienen preocupaciones éticas ligadas a la necesidad de eliminar las barreras que impiden a las personas con discapacidades “su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con las demás”, como apunta la CIDPD.

Inciden también factores económicos al representar un mercado atractivo para el sector turístico ante el cual se abren amplias posibilidades para mejorar la calidad de sus productos y servicios en toda la cadena.

Con el objetivo de determinar el impacto económico de los viajeros con necesidades especiales de acceso en el ámbito del turismo de la Unión Europea (UE), la Comisión Europea (CE) encargó una investigación realizada entre 2012 y 2013.

El estudio desarrollado por GFK Belgium, la Universidad de Surrey, Neuman Consult y Pro Asolutions centró su atención en el impacto económico, tanto real como potencial, de los viajeros con necesidades especiales de acceso en el sector turístico de la UE, además de sus demandas, actitudes y patrones de viaje. Se propuso, además, evaluar la experiencia a través de diferentes sectores del turismo desde las perspectivas de la oferta y la demanda, estimar la contribución económica y el impacto en el ámbito laboral del turismo accesible y hacer recomendaciones para mejorar su oferta.

La muestra de la pesquisa incluyó 12 países considerados representativos como Bélgica, Bulgaria, Francia, Irlanda, Italia, Lituania, Países Bajos, Polonia, Eslovenia, España, Suecia y Reino Unido.

La investigación comprobó que más de la mitad de las personas con discapacidades en los países miembros de la UE viajaron en los 12 meses comprendidos entre mediados de 2012 y  2013, con un promedio de 6.7 viajes día y 6.7 con pernoctación, principalmente en Europa.

En total, apuntó el informe, esas personas realizaron 170 millones de viajes de un día y un número similar de estadías más prolongadas dentro de la UE, comparado con una cifra ligeramente menor de individuos de 65 o más años quienes hicieron más de 225 millones de viajes de un día y 217 millones de otros de estadía más prolongada.

La investigación concluyó que para 2020 la demanda de turismo accesible en la UE ascendería a 862 millones de viajes anuales en la región y 21 millones hacia mercados internacionales clave.

Desde el punto de vista económico, tanto las personas con discapacidades como las de edad avanzada gastaron 80 euros diarios por viaje dentro de la UE, 700 por los realizados en sus países de origen y mil 100 en otras naciones miembros del organismo regional de integración.

Las barreras físicas y actitudinales

De la multiplicidad de discapacidades se derivan las necesidades especiales en cuya satisfacción inciden las barreras físicas y estructurales, así como las subjetivas, reflejadas en la incomprensión del problema y las insuficiencias en la atención y el trato a las personas, en las diferentes etapas y escenarios del recorrido.

En la fase previa al viaje, el estudio identificó como barrera principal la poca información disponible sobre servicios accesibles, en particular para individuos con dificultades de movilidad, sensoriales y de conducta.

Una vez tomada la decisión de viajar y superados los obstáculos en la transportación, tanto en el embarque como en el arribo, las insatisfacciones de esas personas se centraron en los obstáculos a bordo de los aviones como el difícil acceso y uso de los servicios sanitarios.

 Numerosas fueron las barreras físicas detectadas por la investigación en el transporte, habitaciones, servicios gastronómicos, espacios para actividades recreativas y de esparcimiento, aunque las confrontadas con mayor frecuencia por las personas con necesidades especiales fueron las actitudinales.

A esas trabas subjetivas se refirió en 2014 la Organización Mundial del Turismo (OMT) en su Manual sobre Turismo Accesible para Todos, cuando abogó por “un cambio de mentalidad y del modelo de prestación de servicios turísticos”. La OMT pidió trabajar en cinco áreas para lograr la accesibilidad universal en el turismo, entre ellas la aprobación de leyes y normas contra la discriminación en el acceso a instalaciones, productos y servicios; sensibilización y formación del personal; e investigación sobre situación actual de la accesibilidad y tendencias futuras.

La comercialización con vistas a “promocionar las iniciativas y estrategias de venta para incentivar el consumo en materia de turismo accesible” y la gestión, para “mantener las medidas adoptadas de manera que sean perdurables y evaluables en materia de calidad”, fueron los otros aspectos mencionados por la OMT.

 

 

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