El Ejército y la paz
Raúl Moreno Wonchee / La nave va
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Si por mí fuera desaparecía al Ejército, dijo López. El presidente se aguantó sus ansias de historiador para proferir su más revelador apotegma, luego de convertir a México en instrumento de la política migratoria de Trump y agradecerle habernos perdonado el chantaje del arancel. Como si México alguna vez hubiera sido belicoso, propone declararlo país pacifista que no necesita ejército. Como ignora que el pacifismo mexicano está en la historia y en la Constitución, habrá que decirle que el fundador del Ejercito Nacional fue don Miguel Hidalgo cuando levantó en armas al pueblo por la independencia de México. Que Morelos hizo del Ejército Insurgente la base de la vía constitucional cuyo más radical defensor fue Benito Juárez que con el Ejército de la República derrotó a la reacción y cubrió de gloria las armas nacionales frente al imperialismo francés. Que Carranza, al frente del Ejército Constitucionalista derrotó a la usurpación, contuvo las intervenciones estadunidenses y rescató la vía constitucional a la democracia y la justicia social cuyo más alto exponente, el General Presidente de América, como llamó Neruda a don Lázaro Cárdenas, hizo del Ejército instrumento sin el cual ni la reforma agraria ni la expropiación petrolera hubieran tenido lugar. El presidente debería saber que México es el único país de América que ha entrado en guerra con Estados Unidos Nuestro Ejército, órgano vital en la defensa de la soberanía y la integridad de la nación, es un Ejército de paz. Pero si López pudiera, lo sustituiría por la Guardia Nacional. Hay países a los que EU negó el derecho a tener ejército y les impuso una guardia nacional: Nicaragua con Somoza, Panamá antes de Torrijos, y Puerto Rico, hasta la fecha estado libre asociado.
