Un año después y el espinoso camino; Lázaro
Cárdenas “tardó dos años para controlar el poder”

Teresa Gil / Libros de ayer y hoy
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A un año del triunfo y a siete meses de ejercicio formal, la gestión de AMLO es puesta en la discusión. Desde hace varios días algunos comentaristas y de otros rumbos han hecho sus listas para echarle en cara al presidente todo lo que a sus intereses se relacione. En esas listas poco relumbra según ellos en esta gestión. He visto asuntos en vertical de periodistas severamente cuestionados por su moral, reclamos sobre mujeres, de analistas cercanos a los gobiernos priistas cuando el feminicidio llegaba a ocho mujeres asesinadas cada día; protestas por la poca inversión con el subejercicio de 140 mil millones de pesos, cuando en el pasado el dinero se gastaba en dispendios lujosos; disminución del empleo cuando la cifras registradas en el IMSS, que daba Enrique Peña Nieto, eran de empleos precarios, de mano de obra corta. Hay quienes se dieron tiempo para defender al ombudsman que puso Peña Nieto, el señor Luis Raúl González Pérez, que al pronunciarse a favor del NAIM, olvidó a las muchas comunidades afectadas en Texcoco, pueblos aledaños y zonas de la Ciudad de México. Además del impresionante gasto que acaparó esa obra. Si todo lo que relumbra no es oro para ellos, la autocrítica está en las mismas condiciones; brilla pero por su ausencia. Un caso aparte es la postura de los expresidentes panistas que prestaron su figura a la marcha de opositores convocada el 30 de junio en el Monumento de la Revolución, para lanzar diatribas. Como una ironía un día antes se llevó a cabo la gran Marcha del Orgullo Gay, a la que ellos se oponen. Los dos pregonan con fruición su desaire al sexenio de AMLO; Fox ya en el desvarío muy cercano a las bravatas de Trump, y Felipe Calderón, con sus críticas a la economía cuando en su sexenio corrió pareja la inseguridad más de 100 mil muertos, con el endeudamiento al elevar a nivel histórico la deuda interna por 3 billones 567 mil 800 millones de pesos y la deuda externa, a 123 mil 100 millones de dólares de acuerdo a información de fines de 2012. El desempleo según datos de Proceso de octubre del mismo 2012, el que se autoproclamó como presidente del empleo y prometió un millón de plazas anuales, dejó 867 mil desempleados con un promedio diario de 396 desempleados. Esos son los que critican.

¿Qué hay detrás de las críticas al actual gobierno?

La lucha contra la corrupción que despertó el interés de muchos, no fue al parecer la causa fundamental de elegir a este gobierno. Había interés por la persona en sí misma, por progresista, en sus antecedentes en la Ciudad de México y su lucha permanente, pero había, además, el deseo expresado por más de 30 millones de desalojar al PRI y al PAN del poder. No se puede negar que hay cierta lentitud en poner en marcha el proyecto que se prometió y que fue lo que originó también, la abultada votación del primero de julio del año anterior. El tiempo para analizar caso por caso el de las guarderías infantiles por ejemplo, en las que encontraron miles de niños fantasmas registrados, es el argumento de que se revisan caso por caso, para ir higienizando las cosas. En los cinco meses anteriores a la toma de posesión, se hurgó y se penetró también en las honduras de un sistema que tiene largas sombras, pero todavía gobernaba el pasado régimen y era difícil penetrar a fondo. En los siete meses de gobierno en los que ha habido de todo, renuncias, acusaciones, persecución, falsedades entreveradas con mentiras, errores, se podrían incluir aunque sucedieron meses antes pero repuntó hace poco en la persona de una mujer ligada al espectáculo e hija de un cantante, las agresivas promociones de dos reporteros que están en medios conocidos, llamando a perpetrar un crimen contra AMLO. En el régimen anterior no se investigó ni se procesó. Ahora tampoco. No se trata de simples bromas que merezcan disculpas, es un llamado peligroso a la violencia.

Franco Cáceres: Cárdenas tardó dos años para controlar el poder

La presión permanente de aliados y opositores, de conseguir lo que quieren o de boicotear, todo en siete meses, la responde indirectamente el antropólogo Iván Franco Cáceres, historiador, licenciado en Ciencias Políticas por la UNAM. En una entrevista a Excélsior el 30 de junio –diario que divide según la opinión del experto, en aciertos y desatinos a la actual gestión, dice que a Lázaro Cárdenas “le tomó dos años lograr el control de los hilos del poder...” En estas semanas lo que más se ha notado es la aceleración para bien o para mal de los grupos. Los padres de los 43, por ejemplo, que han tardado 56 meses sin respuestas, ya amenazan con generar violencia, ni se diga de los que renuncian, exigen soluciones inmediatas como si el presidente fuera un mago y sobre todo la demanda permanente de dinero. AMLO ya había planteado las vicisitudes del cambio, en su libro Decadencia y renacimiento de México (Editorial Planeta, 2017), en el que plantea en buena parte las propuestas electorales de la cuarta transformación. Uno más de sus 16 libros, lo divide en los dos nombres que menciona en el título. En uno hace un recorrido de las últimas instancias gubernamentales, del PRI y del PAN y desde Carlos Salinas de Gortari, señala con profusión de datos la forma como se fue hundiendo al país, los principales cómplices algunos en pleno indiciamiento como Emilio Lozoya Austin, y sus respectivas empresas entre las que aparecen OHL, Petrobras, Repsol, entre otras. En la segunda parte se refiere a lo que se puede hacer para rescatar al país y pone énfasis en los valores humanos, la honestidad, de los nuevos protagonistas del cambio. El libro es una recopilación de datos que se habían publicado sueltos y se reunieron en esta obra. Buena oportunidad de darla a conocer contra los detractores que se apretujan para lanzarse en su contra, cuando solo han transcurrido siete meses de gobierno.

 

 

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